Jokin Altuna gana sin moneda al aire

Altuna III arrolló 22-4 a Darío gracias a un ejercicio práctico y letal que le permite acabar segundo del grupo A -el empate a puntos favorece a Larrazabal pese a tener peor diferencia de tantos el alavés al prevalecer el resultado del duelo directo entre ambos- y jugará por sexta vez consecutiva y séptima alterna las semifinales del Manomanista de Primera. Ha estado en todas desde 2020, señal inequívoca de la capacidad y la regularidad indiscutible de un pelotari que en un principio no parecía hecho para esta modalidad.

Unai Laso, su rival en una eliminatoria que tendrá lugar el sábado 17 o el domingo 18 en el Atano III o en el Ogueta, está sobre aviso. Sabe que el defensor de la txapela va a parecerse más al que le batió con autoridad en la final del año pasado que al pelotari sometido por Larrazabal en la primera jornada de la liguilla en la presente edición.

Vaya por delante que Darío volvió a comportarse como un señor. Dentro y fuera de la cancha. Puso en el asador toda la carne de la que dispone en estos momentos y su resistencia llevó por encima de los 200 pelotazos un partido de solo 26 tantos, cuatro de ellos de saque. En sus declaraciones no se ha escudado en ningún momento en el estado de su mano derecha para justificar derrotas. No lo hizo en Labastida y tampoco ayer. «No ha sido mi mejor día, ni con la derecha ni con la zurda». Jokin Altuna le lanzó un capote: «Hay pelotaris que se quejan mucho de la mano con menos dolor del que tiene Darío. Actúa con elegancia».

El amezketarra buscó sobre todo la zurda del riojano a base de gozar con la derecha y encontrar altura en el frontis. Culminó atrás ocho de sus veintidós tantos. «He lanzado dos o tres dejadas y Darío ha llegado a todas. Veía que adelantaba su posición para defender posibles remates y, como además la pelota me salía bien de la mano, he preferido pegar atrás. También me lo recomendaba así Gorka, el botillero».

Si frente a Zabala volteó el encuentro gracias a una tacada de catorce tantos para irse directo del 8-15 adverso al 22-15, esta vez firmó quince seguidos desde el 1-3 en contra al 16-3 favorable con tintes de definitivo. Ha despejado dudas gracias a esas dos largas series y a un juego en alza. La pelota le sale de la derecha.

Darío tiene claro que «cuando no le das tú, recibes de vuelta el doble. La pelota me venía muy alta y no he acertado. Jokin se ha equivocado como máximo en un pelotazo y ha evitado complicaciones. Además me he precipitado cuando he tenido alguna suelta de cara».

Buen conocedor del Manomanista, Altuna relativiza. «El día que perdí frente a Larrazabal no metía miedo a nadie y ahora esto no quiere decir que vaya a ser campeón». Eso sí, ha reforzado su grado de confianza. «El partido contra Zabala fue importante desde ese punto de vista porque fui capaz de resistir y de remontar a un pelotari que rindió a gran nivel». Ya está a la misma altura de resto de aspirantes a la txapela.