«Fantaseo con hacer un partido de rebote en el velódromo o en el estadio de Anoeta»
El arquitecto zumaiarra Daniel Carballo desarrolla en una conferencia el sábado en Segura «la evolución de los espacios donde se juega a pelota»
La exposición sobre frontones y plazas de pelota en Gipuzkoa que se presenta en Segura desde este jueves y hasta el sábado se cerrará con ... una conferencia a cargo de Daniel Carballo Ostolaza en la Herriko plaza (11.00). La misma lleva por título 'Euskal pilota historian zehar' y en ella el arquitecto y profesor de la Universidad del País Vasco explicará «la implantación del juego de pelota en los centros históricos» de las diferentes localidades, analizando no solo «la evolución de los espacios donde se juega a pelota, sino también la variante del propio juego» para «entender cómo ha evolucionado el juego de pelota del juego directo al juego indirecto. Es decir, del juego a largo, sea a mano, con guante o laxoa, al juego a blé», detalla.
Para Carballo es importante «no confundirse cuando hablamos de juego de pelota. Mucha gente piensa que no hay otro juego de pelota que no sea el de frontón» que conocemos en la actualidad, pero «la palabra mayúscula de juego de pelota es jugar a largo». De hecho, recuerda que «las primeras referencias del juego a blé» , o contra una pared, datan de «mediados del siglo XVIII» y para entonces «el juego de pelota ya existía», precisa. «El juego importante históricamente ha sido siempre el juego a largo», mientras que el juego contra una pared era considerado «un juego menor» .
Sin embargo, con el paso del tiempo, «ha habido un olvido del origen del juego de pelota, sobre todo en Gipuzkoa», denuncia. «El juego a blé ha tenido tanta fuerza y ha entrado con tal velocidad y tanto interés que desde mediados del siglo XIX ha hecho muchísima sombra al juego antiguo», apunta. «En cambio en Valencia, en Italia, en Francia, en Bélgica o en Holanda se sigue jugando a ese juego antiguo», añade.
Entrenamiento militar
Destaca Carballo que la importancia de esas plazas donde se practicaba el juego de pelota era tal que las mismas figuraban en los planos militares de la época. «Es sorprendente teniendo en cuenta que los planos militares señalaban los espacios importantes de la villa. Se señalaba dónde estaba la iglesia, el ayuntamiento...», explica. «Estas plazas aparecen a los pies de las murallas de Hondarribia, a los pies de las murallas de Donostia, en Segura o en Ordizia».
«El juego importante históricamente ha sido el juego a largo. Contra la pared se ha considerado un juego menor»
El juego de pelota era tan popular que llegó a formar parte incluso del entrenamiento militar. «Ya en el siglo XVII, en los tratados de sistemas militares, se decía que el entrenamiento de un soldado o de un caballero consistía en montar a caballo, manejar el sable y jugar a pelota» porque «hacían ejercicio y eran juegos de estrategia. Al final es lanzar un proyectil, en este caso la pelota, al campo contrario y el campo contrario tenía que defender ese espacio», explica el arquitecto zumaiarra. «En el Palacio Real de Madrid, los soldados solicitaron al rey modificar las caballerizas para ampliar el juego de pelota» y «en la Alhambra de Granada, Carlos V, al lado de su palacio, tenía un juego de pelota que fue referenciado en un plano en el siglo XIX», detalla.
El peso de la pelota y su tamaño, mayor aquí (unos 250 gramos) que en Valencia o en el resto de Europa, donde se reduce su tamaño y su peso, está en el origen de los «guantes de protección» para «evitar que se machacaran las manos». «El guante de laxoa es la primera gran modalidad», apunta Carballo que recuerda también que «en la evolución del guante está el origen de las cestas de remonte, las cestas de joko garbi y las cestas de cesta punta». «Con estas herramientas se sigue jugando a largo», comenta, «pero ya empieza a introducirse el juego a blé» y durante años «en muchos festivales de muchos pueblos se practican las tres modalidades: a largo, a rebote y a blé».
«Es una parte de nuestra historia muy importante que está casi a punto de desaparecer»
Es con la introducción de la pared izquierda y de los techos cuando «los espacios donde se practica el juego de pelota comienzan a evolucionar» hasta quedar casi ocultos «como sucede en Lazkao o Legorreta». Es más, algunas de estas plazas de juego a largo ya no se identifican porque «hay árboles o bancos».
Con el tiempo se produce también «el ocaso del sistema de frontones descubiertos de 65-70 metros que son sustituidos por el frontón industrial de comienzos del siglo XX: el Beotibar, el de Bergara o el Astelena. En esa época ya se va dejando de lado el juego antiguo», explica.
Por eso, exhibiciones de rebote como la del domingo en Alderdi Eder, donde participó Carballo, tienen como objetivo «reivindicar lo que se hacía antiguamente que era ocupar el espacio público para hacer una disputa. Es una parte de nuestra historia muy importante que está casi a punto de desaparecer», denuncia este arquitecto cuyo sueño sería «hacer un partido de rebote en el velódromo de Donostia o en el estadio de Anoeta».
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