Ya no es una simple mala racha

Ezkurdia-Martija llegaban al encuentro con la obligación de reaccionar. Más que las victorias, que también, el juego de la pareja navarra preocupaba mucho. El zaguero se perdió la última jornada por mal de manos, pero estaba dando un nivel muy por debajo de su hipotética mejor versión. El de Etxeberri no estuvo mal, de hecho mejor que Ezkurdia, pero es que se encontró a un Beñat Rezusta superlativo.

El partido se puso duro desde el principio. El Sahatsaga, propicio para rematar por la velocidad que coge la pelota al escupir en el suelo, no tuvo tanto impacto en el encuentro. Es más, si bien se preveía un partido poco peloteado, hubiese sido todo lo contrario en caso de que Ezkurdia-Martija no se hubiesen diluido como un azucarillo. En el mitad del trabajo para los azules se habían dado 359 pelotazos. Los primeros tantos fueron durísimos. El 1-0 tuvo 45 pelotazos a buena, 41 el 1-2, 52 el 4-6 y 62 el 7-10 brillantemente finalizado por Peio Etxeberria con un gran pelotazo atrás.

El partido fue más defensivo de lo esperado y lo cierto es que los cuatro estuvieron bien en ese apartado hasta que Ezkurdia entró en pánico. Etxeberria y Ezkurdia se enzarzaron en varios tantos con un tiki-taka de golpes, mientras que en los cuadros traseros Rezusta estaba fresquísimo. A Martija le entraba bien la pelota en la mano, pero no terminaba de pasar a dominar.

Ezkurdia, harto de que Etxeberria le llevara a buena cada uno de sus remates, pasó a arriesgar más. Al principio le salió bien puesto que se acercaron a 10-12, pero se encontró con la chapa varias veces consecutivas. Peio Etxeberria acertó aún más y se abrió un hueco prácticamente insalvable. Peio también cuajó un buen encuentro puesto que no se volvió loco y dejó que Rezusta campara a sus anchas. Los campeones del año 2020 están ahora mismo contra las cuerdas.