«El Balda es mi inicio, mi final, pero también mi casa»
El expuntista recibirá un sentido homenaje hoy durante las finales del Grand Slam de Donostia tras 27 años de carrera
Mikel Egiguren recibirá un sentido homenaje hoy durante las finales del Grand Slam de Donostia. Tras 27 años de carrera, tuvo que decir adiós de ... manera abrupta a su carrera deportiva. Continúa ligado a la cesta como responsable de la empresa Jai Alai.
– ¿Cómo ve las finales?
– No hay un favorito claro. La semana pasada Erik-Atain eran muy favoritos ante Goitia-Salegi y los finalistas ganaron de calle y jugaron francamente bien. Nos enseña que los partidos hay que jugarlos. La pareja de Iparralde juegan muy serios y concentrados. La final puede estar en manos de Goitia, tiene tanto potencial que puede desequilibrar el juego. Hace tantos tan espectaculares que arriesga mucho.
«He tenido la suerte de jugar en todos los frontones de Hegoalde, Iparralde, México y Estados Unidos»
– La mutrikuarra Oaia, única guipuzcoana en las dos finales.
– Sí, la verdad. La final femenina es novedad. Erika Mugartegi está jugando francamente bien y hace una pareja sólida con Oaia, que pese a que solo tiene 16 años está demostrando tener poso. Es sólida. Pero es que Elaia... viene de ganar en Bilbao y llega en su mejor momento mientras que Arai es la zaguera más segura de todas. Será una final preciosa.
– Usted vivirá un día muy especial. ¿Cómo lo vivirá?
– Debuté en el año 1993 en el Carmelo Balda con 16 años y después he tenido la suerte de poder jugar por medio mundo con los mejores pelotaris. Incluso tuve la suerte de poder ganar bastantes campeonatos. Cuando dejé de jugar tuve alguna lesión y llegó la pandemia. No cerré el ciclo. Ha sido mi entorno el que me van a hacer el homenaje para dar carpetazo a mi carrera.
– ¿Qué supone el Balda para usted?
– El inicio y el final de todo. Es un frontón increíble para mí. No se le hace justicia públicamente. Este frontón ya estaba aquí antes de que se hicieran los estadios, los polideportivos... Ha sido un templo de la herramienta. Es donde he debutado, donde mis hijos vienen a jugar y donde paso muchas horas a la semana. Lo siento como mi casa. Poder despedirme aquí es muy importante.
– ¿Va siendo hora de que el Balda se termine de afianzar?
– Llevamos haciendo torneos profesionales de cesta punta aquí desde el 2004 y ha ido a más los últimos tres o cuatro años. Se juegan muchos más torneos, la asistencia ha ido para arriba, los medios nos dais más cobertura. Con el plan de Donosti Pelota que presentó el ayuntamiento se tiene claro que se va a apostar por la cesta. De cara al futuro hay buenas perspectivas.
– ¿Ven que va a más?
– Sí, sin duda. Estamos teniendo asistencias altas y bastante más venta de entradas que el año pasado. Estamos muy contentos porque la gente joven está teniendo su oportunidad y la verdad es que lo están aprovechando. Los mejores pelotaris de los últimos años han sido guipuzcoanos, han dominado la cesta punta. Hay buenas escuelas y el territorio tiene que seguir unido y debe ser importante.
– El relevo y la cantera es primordial.
– Desde luego. Es verdad que la gente joven no tiene las salidas que hemos tenido nosotros, la oportunidad de poder ir a Estados Unidos, México y otros países. Pero tenemos que buscar la manera de que se fogueen y tengan salida porque hay puntistas buenísimos y de altísimo nivel. Necesitan minutos y codearse. La cantera se trabaja bien, pero tienen que ir entrando en los torneos más élite también.
– ¿Quién le da la primera cesta?
– Tuve dos tíos que fueron pelotaris profesionales. Un verano nos regalaron una cesta a mí y a mi hermano. Yo no había visto algo así nunca. Empecé a jugar en el garaje de casa, en nuestro caserío de Andoain. Luego fui al frontón de Sorabilla, me enganché y el aita no tuvo más remedio que acercarme a la escuela de Donostia, a la de Tolosa, a la de Andoain... Empecé a meter muchísimas horas y entré en un mundo nuevo. Desde entonces ha sido mi forma de vida.
– ¿Cómo es su carrera, cuándo cruza el charco?
– Pues debuto en el 1993 y paso a Gernika, Durango y Markina. Luego doy el salto a Dania. Allí he pasado muchos años y es en verano cuando vengo a aquí a jugar torneos. En 2007 me vuelvo a Euskadi para jugar el circuito Orange y me instalo en Donostia. Aunque eso sí, sigo yendo a lugares de Estados Unidos como Orlando a hacer las temporadas de invierno. Los últimos años combino también con México. He tenido la suerte de jugar en todos los frontones de Hegoalde, Iparralde y Estados Unidos.
– ¿Cuándo paró?
– Durante la pandemia. No sé cuál es la fecha exacta de mi último partido. Al seguir ligado todos los días a la cesta punta no notas tanto el cambio. Se hace duro, pero la vida sigue y hay mucho que seguir trabajando.
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