Aranguren fue profeta en su pueblo, Aginaga

«Nadie es profeta en su tierra». Así reza el refrán de origen bíblico. Pues resulta que Aitor Aranguren hizo trizas el dicho en Aginaga, en su pueblo, ante sus familiares, vecinos y amigos. El zaguero local saboreó las mieles de la victoria junto a Ezkurdia en su estreno en el Masters Caixabank. No pudieron acabar el partido del Astelena del día de San Juan, que fue suspendido por la humedad, pero este domingo sí que lo hicieron. Y de qué manera en un gran estelar, no exento de calidad y dureza. Fueron capaces de levantar un 14-20 en contra para ganar gracias a una tacada de ocho tantos consecutivos. Delirio en las gradas del Hariztitxo y decepción en los rostros de Jaka y Albisu. Tuvieron el punto encarrilado y se les fue de las manos. Son cosas que pasan.

El duelo fue de desgaste en los inicios. Ninguna de las dos parejas lograba despegarse en el marcador -manual, a la antigua usanza-. Empate tras empate. Mucha dureza. Tantos peloteadísimos. Aranguren cohabitaba en los cuadros ocho y nueve debido al dominio abrumador de Albisu, pero se defendía bien. Adelante, Ezkurdia y Jaka mantenían su propia guerra particular.

Curiosamente, fueron Ezkurdia y Aranguren quienes rompieron esa dinámica. Comenzaron a poner tierra de por medio. Poco a poco, tanto a tanto (8-5 y 12-7). A esas alturas del partido ya llevaban 279 pelotazos en media hora exacta de juego. Tres tantos antes, en el 9-7, los cuatro protagonistas tuvieron que sentarse a descansar después de una batalla de medio centenar de pelotazos. Jaka y Albisu decidieron tomar las riendas y se hicieron con el control de la situación. Cambiaron un 13-8 por un 13-17 y después se fueron al 14-20.

A Ezkurdia y Aranguren comenzaba a pesarles el partido. Esa es la impresión que daban, pero tiraron por la calle de en medio. Morir matando. Y la decoración cambió por completo. Jaleados por el público, fueron limando distancias. Jaka y Albisu no daban crédito. Aranguren provocó la ovación del respetable con un derechazo 18-20. Y volvió a hacerlo en el 21-20 con otro zambombazo en un tanto durísimo en el que se cruzaron a buena 51 pelotazos. Una apertura de Ezkurdia provocó la explosión final de júbilo.