Altuna mete miedo desde el primer día
El amezketarra da una exhibición en su estreno en el Manomanista, pasa por encima de Peña II y se medirá en cuartosde final a Ezkurdia
Jokin Altuna presentó ayer en el Astelena de Eibar su tarjeta de visita para el Manomanista. En su estreno en la competición reina protagonizó una auténtica exhibición ante un Jon Ander Peña que bastante hizo con mantenerse en pie. Altuna dejó claro que es el pelotari más en forma del momento tras cumplirse el confinamiento y le mandó un más que serio aviso a Ezkurdia, su rival en la eliminatoria de cuartos, que aún no tiene fecha ni escenario.
Lástima que el público no pudiera acudir a la catedral de la mano para deleitarse con su juego. Las restricciones del Gobierno Vasco se lo impedían, pero si hubiesen tenido la oportunidad de hacerlo, más de uno se habría levantado de sus asientos para aplaudirle. Una vez, otra y otra más. Y la ovación final habría sido de las que hacen época. Es lo malo que tienen los tiempos que vivimos. Quienes le vieron por televisión se quedaron con los ojos como platos.
¡Qué manera de jugar a pelota! Impresionante. Dueño de la situación, fue tal su superioridad que parecía que se trataba de un mero entrenamiento en lugar de una eliminatoria de octavos del mano a mano. El propio Altuna comentó en la elección de material que había hecho tres ensayos fuertes, uno incluso en el Astelena, y un par de sesiones individuales con los técnicos de su empresa antes del estreno. Lo de ayer no sabemos en qué grupo incluirlo.
Altuna se merendó al tolosarra en poco más de media hora y 181 pelotazos a buena. El duelo pudo incluso acabar con un resultado más abultado. El amezketarra tiró de repertorio para acabar de un plumazo con la resistencia de un Peña que se vestía de blanco por primera vez desde el 17 de septiembre, cuando sufrió en Artajona una rotura de fibras en el recto interno del cuádriceps. Demasiado toro para alguien que reaparecía tras una seria cornada.
Un vendaval de juego
Los cinco primeros tantos que subieron al casillero de Altuna fueron gracias a dejadas. Al txoko, a la punta. Todas ejecutadas a la perfección y, lo más importante, con una naturalidad que solo está al alcance de los genios. Después llegaron los sotamanos, una dos paredes marca de la casa, los buruzgain. Todo seguido, sin dar tiempo al rival a enterarse del vendaval que le estaba cayendo encima. Y, por si fuera poco, acertó a cruzar el saque a la pared -jugada con la que consiguió tres tantos directos-, lo que le permitió tener una segunda oportunidad de remate. Peña también colaboró con cuatro errores, fruto de la impotencia.
Ágil de piernas cuando se vio obligado a utilizarlas, fresco de golpe, su dominio fue aplastante. Perdió un solo tanto en el 1-1, al mandar la pelota a la contracancha con la derecha. No volvió a regalar más. Bueno, eso sí, inauguró el casillero de faltas de saque de lo que llevamos de mano a mano tras la novedad de adelantar la pasa al seis y medio. Sucedió en el 16-3. Hasta para eso es especial. A los genios hay que perdonárselo todo.