«Ahora tengo ilusión por correr defendiendo nuestra marca»

- ¿Disfrutó como un enano con el partido de La Cartuja?

- Sí, sí. Es genial que la Real Sociedad haya ganado de nuevo un título, ha hecho felices a muchos guipuzcoanos y a muchos realzales, porque el fútbol es más que un deporte.

- ¿Qué supone este histórico triunfo ante el Athletic?

- Mucho, seguro. De cara a los aficionados de esta generación, este título, como los que se consiguieron en los años 80 a la mía, ayudará a mantener la ilusión y a saber que la Real es un equipo con capacidad para ser campeón. Y nadie tendrá que contárselo porque lo han vivido.

- Por lo demás, ¿qué tal está? ¿En qué proyectos anda metido?

- Estoy bien, tranquilo en Donostia, donde vivo. Bueno, ahora está todo complicado por el Covid-19. Tengo contrato en vigor para correr este año en la Nascar europea, pero no sé si el equipo va a poder hacer que los coches corran.

- (...)

- No sé si tendrán los patrocinios, es complicado. A día de hoy -la temporada empieza en mes y medio- todavía no hemos hecho ningún test. No lo veo nada claro. Lo que sí he hecho es pedir a mi equipo, el DF1 Racing, que me digan algo ya, para que pueda organizar mi vida. Soy consciente de que esta va a ser una de mis últimas temporadas.

- El año pasado ya rechazó correr por la situación de crisis sanitaria global.

- Es que era una locura. Cuando retrasaron todo concentraron el calendario en solo tres meses. Además de las carreras yo tengo los negocios familiares y debo cuidarlos. Iban a ser siete semanas fuera compitiendo, los niños que empiezan el cole en esas fechas... No lo veía. Solo en hacer pruebas PCR se gastaron 10.000 euros, más o menos, y a veces ni les pedían el resultado después.

- Entonces, ¿lo deja?

- No, no es eso. Seguiré disputando carreras, pero no de la misma manera. Lo haré con menos presión, será más para disfrutar. Mi familia tiene el circuito de Olaberria, una empresa en torno al automovilismo, y nuestro propio equipo con el que hemos corrido mi hermana, mi padre y yo.

- Pero lo de los campeonatos largos ya se terminó.

- Creo que sí, porque tampoco me llama ya mucho, aunque este curso sí estaba motivado para hacerlo muy bien. Pero mire, tampoco estoy muy afectado. Soy un piloto veterano ya, he ganado muchas cosas, no va a cambiar mucho mi palmarés ni mi vida correr o no esta temporada. Estuve en la Nascar y ganamos, fui a Estados Unidos a competir también... Lo que sí me hace ilusión es correr ciertas carreras de las que me motivan, defendiendo, eso sí, nuestro equipo, pensando en nuestra marca.

- Lo que se ve es que sigue en forma.

- A pesar de la incertidumbre de saber si voy a competir o no he seguido entrenando duro. He andado más que nunca en nuestro circuito de karting, hago mucha natación, me cuido... El tema de los simuladores digitales no me gusta tanto, porque prefiero las sensaciones reales, aunque he de reconocer que están bien para recordar cosas de los circuitos.

- Tiene el privilegio de ser uno de los pocos europeos que ha competido en la Nascar de Estados Unidos.

- Sí, fue una experiencia brutal, maravillosa. Para que la gente se haga una idea, las 500 millas de Daytona es un evento que tiene audiencias algunos años de 20 millones de telespectadores. Es una verdadera pasada. Mi nombre está en el 'Hall of Fame' del circuito. Esa carrera se codea con la Super Bowl o la NBA.

- Las carreras le han permitido conocer mucho mundo. ¿Valora eso también?

- Sí, por supuesto. He podido estar en muchos países, como todo profesional a cierto nivel, claro. He conocido muchas culturas, también muchas otras formas de ver tu profesión... Creo que es una formación adicional a la tuya, a mí el mundo del motor me ha dado mucho.

- Aunque también se ha llevado sustos gordos.

- Sí, lo tengo presente. En toda mi carrera deportiva he tenido tres accidentes fuertes. El primero fue en 1997, creo. Cortaron mi coche en dos en un circuito, tuve suerte de no perder la pierna derecha. Luego tuve dos en subidas de montaña, en 2006 y 2007. Suerte de que no pasara nada más, depende del golpe podía estar ahora aquí o no.

- ¿Y no se planteó dejarlo después de vivir experiencias tan traumáticas?

- A mí me apasiona conducir y competir, como a todos los profesionales, pero reconozco que justo después de esos accidentes piensas algunas cosas, porque son momentos complicados. Te cuestionas cosas, como qué hago aquí, por qué corro... En el primero de esos choques tenía 17 años y tuve la suerte de mi vida, podía haberme quedado allí en el coche. Me pegaron a 180 kilómetros por hora, más o menos, llegábamos en quinta a una curva. Pero luego siempre sigues.

- ¿La saga de los Vilariño continuará con sus hijos?

- ¡No lo sé! (risas) Tengo dos mellizos, niño y niña, de 11 años. A la niña lo del motor no le gusta, y el crío prefiere el fútbol y el baloncesto, pero debo reconocer que me lo pone difícil porque tiene talento. Va rápido pero es que pesa la mitad que yo en el kart. Pero aún así tiene mérito, otros niños de su edad no andan como él de bien.