«Ser sorda no es un límite y lo hemos demostrado»

– ¿Cómo se siente tras proclamarse campeona del mundo y anunciar su retirada?

– Es una mezcla de emoción, orgullo y alivio. Sabía que el final estaba cerca y tenía claro que quería despedirme a lo grande. Retirarme con un oro mundial es indescriptible. Ha sido la mejor manera de cerrar este capítulo de mi vida.

– ¿Se veían como posibles ganadoras?

– Sabíamos que íbamos como favoritas, especialmente después de haber sido campeonas en las Sordolimpiadas el año pasado. Pero nunca confiadas. El deporte es impredecible. Yo confiaba plenamente en mis compañeras y tenía seguridad de que lo daríamos todo por el oro.

– ¿Qué sintieron al estar cerca de no poder viajar?

– Fue durísimo. Luchamos mucho para conseguir financiación: sorteos, subastas, campañas... Hubo mucha incertidumbre, incluso ayudas apalabradas se cayeron. Hasta poco antes no supimos si podríamos ir. Ver tanto apoyo fue muy emocionante y nos dio fuerza.

– ¿Cuándo decidió retirarse?

– Llevaba un par de años sintiendo que el final se acercaba. Decidí seguir un poco más, pero ya no disfrutaba como antes. El Mundial era el momento perfecto para despedirme.

– ¿Ha sido difícil decir adiós tras un logro tan grande?

– Mucho. Ganar un oro mundial y otro en las Sordolimpiadas hace que cueste dejarlo. Pero me voy con orgullo y gratitud. No imagino una mejor despedida.

– ¿Qué representa cerrar su etapa con este título?

– Es el broche de oro a años de esfuerzo y pasión. Representar a mi país, compartir todo con mis compañeras y demostrar que los sueños se cumplen... Lo llevaré siempre en el corazón.

– ¿Qué momento destacaría de su carrera?

– Dos. En 2018, mi debut en el Europeo de Finlandia: llegué sin conocer nada ni a nadie y me sentí muy acogida. Y las Sordolimpiadas, cuando ganamos nuestro primer oro: fue histórico y muy especial.

– ¿Qué ha significado formar parte de la selección?

– Un orgullo enorme. Al principio ni sabía que existía esta selección, y ahora ver cuánto hemos crecido y cómo inspiramos a otras personas sordas es muy especial. Me siento parte de ese cambio.

– ¿Cómo describiría el camino desde 2018 hasta hoy?

– Ha sido un camino de aprendizaje y evolución. Empezamos desde cero y fuimos creciendo juntas, superando momentos difíciles y logrando cosas increíbles.

– ¿Cuál ha sido su mayor reto como deportista sorda?

– Romper barreras de comunicación y visibilidad. Al principio no había referentes ni apoyo. Pero eso me motivó más a seguir y ser un ejemplo para otras.

– ¿Qué impacto cree que ha dejado?

– Creo que he contribuido a dar visibilidad al fútbol sala femenino y al deporte sordo. Ojalá haya ayudado a abrir puertas para muchas chicas.

– ¿Qué falta aún por mejorar?

– Más apoyo, recursos y visibilidad. Competimos al máximo nivel sin las mismas condiciones. Es urgente que se reconozca nuestro trabajo.

– ¿Qué le ha enseñado el fútbol más allá de lo deportivo?

– A confiar, a caerme y levantarme, a comunicarme y adaptarme. Me ha formado como persona y me ha dado una comunidad que me hizo sentir acompañada.

– ¿Qué mensaje daría a las niñas sordas que sueñan con jugar?

– Que crean en ellas mismas. Ser sorda no es un límite. Que luchen por su sitio, porque lo hay. Nosotras estamos aquí para demostrarlo.

– ¿Qué planes tiene ahora?

– Seguiré vinculada al deporte, sin la presión de competir. Estudio Ciencias del Deporte y quiero aportar desde otro rol, devolviendo todo lo que el fútbol me dio.

– ¿Cómo le gustaría ser recordada?

– Como una buena compañera, cercana, que siempre estuvo ahí, feliz por haber vivido todo lo que ha vivido, y que intentó aportar su granito de arena en cada momento. No necesito más que eso.