Sin rastro del canal de aguas bravas en el Oria
El comienzo de las obras estaba previsto para primavera, pero a día de hoy no se ha producido ningún avance significativo
IKER VALVERDE
Domingo, 17 de julio 2022, 07:26
29 de julio de 2021. Homenaje en Donostia a Maialen Chourraut por la conquista de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. ... Bingen Zupiria, consejero de cultura y política lingüística del Gobierno Vasco, adelantó la posibilidad de disponer de un canal de aguas bravas propio en Euskadi en un plazo máximo de dos años, bajo el nombre de la piragüista lasartearra.
A pesar de las reticencias de asociaciones ecologistas como Eguzki y Ankerreka, el canal saldría adelante. El inicio de las obras estaba previsto para el pasado mayo, pero a día de hoy todo sigue igual. No ha habido ningún avance y el futuro del proyecto sigue siendo incierto. Este periódico se ha puesto en contacto con el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa, pero ambas insituciones no han querido pronunciarse sobre el tema.
El objetivo de la construcción del canal era facilitar a los deportistas vascos entrenarse en instalaciones adecuadas, sin tener que desplazarse a otras comunidades, para preparar con garantías los Juegos Olímpicos de París de 2024. En principio, el año pasado ya tenían que estar solucionados todos los permisos previos para comenzar las obras. La fecha para la inauguración de las nuevas instalaciones, pioneras en Euskadi, estaba prevista para 2023.
LOS DATOS
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Presupuesto. Alrededor de cuatro millones de euros.
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Olímpico. Tendrá una longitud de 200 metros, con una pendiente negativa de 1,4% y unas corrientes parecidas al canal de París.
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Obstáculos modulables. El circuito será modificado cada uno o dos años.
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Localización. Estará situado en aguas del río Oria, en una presa del barrio de Urdaiaga de Usurbil. El caudal del río no requerirá sistema de bombeo.
Pero, a día de hoy, nada ha cambiado en el barrio de Urdaiaga, lugar donde estaba previsto su construcción, y se desconoce la situación actual de los permisos. Pero, al igual que sucede en la mayoría de las obras, la demora es significativa. Todo requiere su tiempo.
La Federación Vasca contaba con una subvención de 60.000 euros del Gobierno Vasco y también existía la voluntad del Gobierno central, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Usurbil para dar inicio al proyecto. Solo faltaban, en principio, algunos permisos del Ayuntamiento de Usurbil y de la Confederación Hidrográfica del Norte, que esperaban conseguirse sin grandes complicaciones. Pero el proceso se ha demorado hasta el punto de estar estancado en estos momentos. La idea era construir un canal de características similares al que existe en París para facilitar la preparación de los piragüistas vascos.
El barrio Urdaiaga de Usurbil es la zona elegida para la construcción del nuevo canal. El río Oria llega allí con mucho caudal, por lo que no sería necesario un sistema de bombeo. De esta forma, se evitaría un importante gasto de electricidad. Además, la canalización del agua ya estaba muy avanzada en la zona.
Se utilizaría agua gravitatoria, que hace innecesario el traslado de la misma de arriba a abajo. Si hay demasiado caudal, parte discurriría por el canal y el resto, por la presa. Y en caso de escasez, se reduciría su paso por la presa, respetando siempre los caudales mínimos.

El desnivel existente en la zona es otro de los grandes motivos para la ubicación del canal en Urdaiaga. El recorrido tendrá una pendiente negativa del 1,4%, con un descenso de 2,8 metros de desnivel. El circuito y sus obstáculos serán modulables. Podrán ser modificados, cada año o dos años. La idea es que el canal tenga similitudes con el de París en movimientos de agua y corrientes.
Además del profesional, la idea inicial del proyecto era de darle también al canal un uso recreativo. Estaría a disposición de todo aquél que estuviese interesado en navegar en él durante todo el año y, de esta forma, fomentar la modalidad de eslalón.
Hora de actuar
De las promesas iniciales se ha pasado a una situación de incertidumbre. El proyecto continúa paralizado, no se han producido avances significativos y el sueño de cientos de practicantes de este deporte sigue sin cumplirse.
La construcción de un canal de aguas bravas en Euskadi era, desde hace varias décadas, la principal demanda de los clubes vascos para no tener que gastar tiempo y dinero en desplazamientos a la Seu d'Urgell.
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