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Eli Pinedo, en el centro, el día de su despedida como jugadora de balonmano. José Mari López
Eli Pinedo: La constructora de sueños
Balonmano

Eli Pinedo: La constructora de sueños

Eli Pinedo es una persona versátil, tiene la capacidad de aprender de los nuevos retos y etapas que la vida le va brindando. Ha sido jugadora de balonmano, ahora es empresaria y presentadora de un programa de televisión. Y todo esto no ha hecho más que empezar.

guzmán villardón

Viernes, 8 de marzo 2019, 07:09

El 13 de mayo de 1981 nació en Amurrio, Elisabeth Pinedo Sáenz. Dos minutos y medio antes, lo había hecho su hermana gemela Patricia.

La niñez de las dos hermanas, junto a la de su hermana mayor Ainara, transcurrió con la normalidad habitual de las niñas de la época, desconociendo que la historia; pequeña o grande, eso es igual, les iba a reservar un papel en un mundo cambiante, tecnológico y donde la revolución femenina iba a tener un protagonismo importante. «Todas las mañanas bajábamos la cuesta de casa hacia la escuela echando carreras y pegando brincos, compitiendo entre nosotras, pero siempre sonrientes. En el barrio montar en bicicleta y en la goitibehera que nos hizo mi abuelo eran mis juegos favoritos».

Comenzó a jugar a balonmano con 11 años en el patio de su colegio, con las niñas y niños de su clase. Se lo pasaba bien, era tan sólo un juego. Enseguida se dio cuenta que se le daba bien y en ese momento comenzó su amor por el balonmano. Con 14 años, Eli y su hermana gemela Patricia ficharon por el Arrate. Su madre era la responsable de llevarlas y traerlas del entrenamiento, como poco cuatro veces por semana. «Nos apuntaron a balonmano de extraescolar, en vez de baloncesto. Y ese golpe de suerte cambió mi vida. Cuando jugábamos en el Arrate, mi madre nos llevaba al entrenamiento. La carretera entre Amurrio y Eibar se la conoce a la perfección. Tardábamos tres cuartos de hora en cada trayecto. Era una locura, pero mi madre mientras nos veía felices, ella encantada».

Lo que no pasa en años, ocurre en minutos. Vives tu niñez explorando, descubriendo y experimentando. Todo ocurre casi sin darte cuenta, como el cauce guía al río hasta el mar, suavemente y atravesando bellos parajes; un día te encuentras que todo lo ocurrido en el pasado, te lleva a un maravilloso presente.

Comienza a vivir el primer sueño

Con 18 años, se traslada a Donostia junto a su hermana. Era el momento de dar un salto importante en sus vidas; en el deporte, y también en los estudios. Ficharon por el Bera Bera, y comenzaron sus estudios universitarios. Patri estudió Filología Vasca y ella Pedagogía.

«Esa fue la única condición que nos pusieron. Nos animaron a continuar jugando a balonmano. Pero nos dijeron que teníamos que seguir estudiando, que el balonmano no es como otros deportes que dan mucho dinero. Sólo ganas mientras juegas. Cuando lo dejas, se acaba y si tienes estudios puedes dedicarte a ellos. Mi madre siempre insistía en esto y yo pensaba que era una pesada, pero ahora que he dejado de jugar a balonmano, soy consciente de cuánta razón tenía».

En la Calle Serapio Mújika nº 1 está situado el Polideportivo de Bidebieta; testigo mudo de sus primeras victorias y derrotas. Esa cancha tiene el honor de haber sustentado las primeras pisadas de Eli Pinedo como balonmanista profesional. Las redes han sufrido el impacto de sus latigazos a la hora de lanzar desde la posición de extremo izquierda. Todos estos momentos forjaron a Eli Pinedo en su primera etapa en el mundo del balonmano.

Solidaridad buscando el bien común, diversidad ante cualquier realidad, compromiso de grupo, honestidad en nuestro compromiso y perseverancia en lo que se cree; son los valores en los que educa el Bera Bera a sus jugadoras. Todos encajan a la perfección con el carácter de Eli Pinedo.

En el Bera Bera estuvo cinco temporadas donde llegaron en dos ocasiones hasta la cuarta posición. Pero llegó el momento de cambiar. «Al dejar el Bera Bera jugué una temporada en el Amadeo Tortajada para pasar al Balonmano Sagunto donde estuve dos temporadas. Estuvimos a las puertas de la final de la Champions y de ganar la Liga. Desde niña he sido muy competitiva, no me gusta perder ni a las canicas».

El éxito deportivo se acercaba, se dejaba atisbar en el futuro próximo. De nuevo era el momento de buscar nuevas emociones, nuevas experiencias.

En la cima y aventura danesa

La emoción por excelencia que quiere vivir cualquier deportista es ganar campeonatos nacionales y europeos. Y la deportista alavesa no es ajena a este asunto. «En la Sociedad Deportiva Itxaso viví tres temporadas increíbles. En la primera volví a quedarme en las puertas de ganar un título. Pero llegó nuestra recompensa. En el 2009 ganamos Liga y la Copa EHF; y en la temporada siguiente logramos el triplete con la Supercopa, Copa y Liga. Era maravilloso ver el Polideportivo Lizarreria lleno y con sus 2800 personas empujando al equipo; al igual que toda Estella viviendo el balonmano».

La temporada 2010-11 Eli Pinedo se adentra en una nueva experiencia. Ficha por el Handball Club Odense danés, un equipo importante dentro de la liga danesa. «La liga danesa es una de las más competitivas de Europa. Buscaba un nuevo reto. Vivir en otro país, lejos de la familia y de las personas que quieres. Pero todo esto se me hizo muy duro».

Una de las máximas en el deporte es que para ganar una final, hay que perder alguna. Así se saborea mejor el triunfo. Eli Pinedo ya había pasado las dos etapas. Esa pesada losa la había superado. Un nuevo reto llamaba a su puerta.

Segundas partes sí pueden ser buenas

El mismo aire, sus antiguas pisadas, el sonido de las zapatillas en la pista, el sabor de toda una vida dedicada al equipo y ver los asientos donde la gente era partícipe de sus momentos; era una experiencia que quería volver a sentir y que no estaba dispuesta a dejar pasar. «He jugado en varios equipos y todos los he defendido con las mismas ganas y energía. Pero debo de reconocer que mis sentimientos siempre han estado ligados a los colores del Bera Bera. Estuve cinco años más donde volví a ganar títulos: dos Supercopas, un doblete de Copa y Liga, además de otra Liga y jugar en Europa. En marzo de 2016 tomé la decisión de retirarme. Primero lo hablé con mi familia, lo comuniqué al club y cuando estaba en lo alto, colgué las zapatillas de balonmano».

Estuvo un año retirada de las canchas. Dejó el balonmano por el amor que le unía a él; y precisamente fue ese mismo amor el que le brindó otra oportunidad de volverse a sentirse jugadora de balonmano. Un nuevo reto, otro proyecto renovado. Pero Eli Pinedo jamás traiciona sus principios. Siempre ha jugado con el número 17. En su nuevo club, el Balonmano Alcobendas, jugaría con el 71. Mismos números, pero alternancia en ellos, simbolizando la misma aventura de siempre, pero de manera distinta.

Con ella nacen las #Guerreras

Los éxitos no tienen género. Son logros que consiguen las personas. «Las mujeres tenemos que hacer más para conseguir lo mismo que los hombres. Me parece ridículodiferenciar entre deporte masculino y femenino. Espero que la gente me siga por mis valores y mi juego. Cuando llegué a la Selección, los hombres tenían primas y dietas mayores que las mujeres. Ahora esto no ocurre; a nivel de Selección no nos podemos quejar. A pesar de esto, al deporte femenino no se le trata como al masculino. No tiene tanta visibilidad».

Lo que han conseguido Eli Pinedo y sus compañeras con la Selección ha sido histórico. En el Euro de 2008 de Macedonia, lograron la primera medalla en un Campeonato internacional. Fue de Plata pero su sabor era de Oro. Fue el adelanto de un lustro prodigioso del balonmano de las Guerreras. Para entonces, los Hispanos ya «existían». Otra de las diferencias de las que nos habla. «Otra muestra de que no se nos trata igual es que cuando se entrevista a Mireia Belmonte le preguntan por lo que lleva puesto, a Cristiano Ronaldo no».

Después de aquella medalla llegaron el Bronce en el Mundial de Brasil en 2011, un Bronce en los JJ.OO. de Londres´12 y otra Plata en el Euro de Hungría y Croacia en 2014. «De todas las medallas guardo un grato recuerdo, pero la conseguida en los JJ.OO. tiene un sabor especial. Además lo vivido en la Villa Olímpica es inolvidable. Allí todo se iguala. Practiques el deporte que sea. Te montabas en el ascensor y allí estaba Pau Gasol. Él te preguntaba cómo te había ido en el partido y tú le preguntabas por el suyo».

Eli Pinedo terminó su trayectoria en la Selección como la octava jugadora con más internacionalidades y décima goleadora. Al acabar un reto, justo en ese momento comienza otro. Eso le ocurre a cualquier persona cuya vocación es hacer realidad un sueño.

Un nuevo reto espera en la esquina

Desde el día que Eli Pinedo pensó que «la vida consiste en ir construyendo sueños, metas, retos que me hagan sentir viva. Cuando se cumple o acaba uno, invento uno nuevo y así sucesivamente» se propuso hacer todo aquello que la vida le pusiera por delante. En estos momentos su ocupación más visible es el de presentadora en el programa Deporeli_te de Teledeporte donde nos presenta el lado más humano del deporte. Fundó con la también #Guerrera, Beatriz Fernández la empresa London717. Que es moda para personas que creen en un mundo mejor, más ecológico y más sano; donde el 5% de cada prenda va a apoyar al deporte femenino. Está considerada como una de las 20 mujeres más influyentes en la empresa, industria y comunicación. Ahora vive en Madrid, tiene más tiempo para ir a Festivales de Música, cuya pasión le nació del oficio de músico de su padre.

Esta es la historia inacabada de Eli Pinedo, porque el caprichoso futuro es impredecible, más cuando hablamos de Eli Pinedo; jugadora de balonmano, empresaria, presentadora y La Guerrera 17.

Todo esto de momento.

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