Un padre arrepentido predica con el ejemplo
Insultó al colegiado en un partido de fútbol base entre el San Marcial y el Real Unión y días después mantuvo una charla con los jugadores en la que les pidió perdón por su actitud
La violencia, tanto verbal como física, desgraciadamente no ha desaparecido de los terrenos de juego, independientemente del deporte que se trate. El último incidente reseñable tuvo lugar en un partido de fútbol base en el campo San José Obrero de Irun entre el San Marcial y el Real Unión. Borja Abad es el responsable del área de bienestar, formación y desarrollo personal del club unionista, dirigida a los jugadores jóvenes de la entidad fronteriza, así como a padres, familiares y entrenadores. Irunés de 44 años, rememora el desagradable caso acaecido en la grada. «Al acabar el partido, el padre de un jugador tuvo un comportamiento incivico en la grada, que se tradujo en un enfrentamiento verbal con el colegiado del partido y varias familias presentes en el campo. Dicha actitud desembocó que el árbitro recogiese en el acta que una persona vinculada al Real Unión le había insultado y recibimos una sanción económica de 120 euros», recuerda.
Subraya que «desde el club lo primero que hicimos fue identificar a la persona con la intención de sacar algo positivo de un incidente desagradable como ese. Quisimos darle una oportunidad para que reparase el daño causado a los chavales, pero también a la imagen del club. Quisimos que se diera cuenta del daño que se había hecho a sí mismo. Desde un primer momento se sintió muy arrepentido. Era la primera vez que le sucedía algo así y con nuestra actitud lo que queríamos hacerle ver es que no podía volver a pasar, que estuviese arrepentido».
De alguna forma, el fomento de actitudes positivas, eliminando las incívicas, es lo que fomenta la campaña 'Kirolean Errespetuz' promovida por este periódico con el respaldo del Departamento de Deportes de la Diputación, a la que se siguen sumando clubes y federaciones.
«Ver disculparse a un padre delante de los chavales del equipo de su hijo fue un ejemplo de lo que hay que hacer»
Abad considera que «nuestra intención no es otra que las personas que protagonizan actos como éste saquen algo positivo de las mismas. Hablé con él esa misma semana, pasó por las oficinas del club y, antes del entrenamiento, mantuvimos una charla con los jugadores de los dos equipos infantiles del club. Él fue muy valiente, reconoció su error y se disculpó públicamente. Les explicó que su comportamiento no tenía justificación y que esas cosas no podían volver a pasar en un terreno de juego».
Incide el técnico irundarra en que «los chavales se lo agradecieron un montón y él también se quedó contento. Quería que sirviese de ejemplo para otras familias. Que no cometiesen el mismo error que el suyo. Es padre de un jugador y habló delante del equipo de su hijo. Se lo agradecimos. Preferimos que diese ejemplo en vez de castigarle económicamente o con la prohibición de acceso a los partidos del club».
«Mostró una total disposición a ayudar al club en lo que hiciese falta y de cerrar este desagradable episodio»
A su entender «se sintió mejor después de hacerlo y los chavales sacaron una experiencia positiva. Les sirvió de reflexión. Ver disculparse a un padre delante de todos les sirvió a los chavales de espejo para darse cuenta de lo que no hay que hacer en el futuro. Fue un mensaje de un adulto que había cometido un error para que no volviera a pasar. Y si sucede, para que sean conscientes de las consecuencias posteriores que tienen estas acciones, que también afectan a la imagen del club y a la de los propios chavales».
El técnico añade que «en la charla que mantuvimos con él nos dijo que era algo que no le había pasado nunca y que desde el primer momento se sintió mal. Nuestra labor es la de ayudarles entre todos. El club genera espacios en la grada y pasar por experiencias como estas ayudan a crecer como personas y pueden servirte para otros ámbitos de la vida. Después de haber pasado por algo así, siempre se aprende. No sólo por la sanción económica. Podíamos haberle dicho que no le permitíamos más el acceso al campo, lo más fácil, pero era más importante que se diese cuenta de que había cometido un error, que no había actuado bien».
Crear espacios seguros
Para Abad «estos comportamientos no llevan a ningún lado. Lo que hay que hacer es intentar crear espacios seguros en los que los chavales participen. Los adultos deben ser responsables y evitar que se produzcan estos comportamientos. Y si desgraciadamente ocurren, que tengan la menor trascendencia posible. Es un ejercicio de autoresponsabilidad. El Real Unión, como club, estamos completamente en contra de la violencia. Mantenemos conversaciones con las familias y cuando se produce un hecho violento, activamos el protocolo interno del club creado para estos casos. Nos reunimos con los padres con el objetivo de que todos sean conscientes de que ese no es el camino adecuado. En el caso que nos atañe, el padre está muy arrepentido y tiene ganas de que se dé carpetazo ya a este caso. Desde el primer momento mostró una total disposición a ayudar al club en lo que hiciese falta y de cerrar de la mejor manera posible este desagradable episodio. Si no hubiera estado arrepentido, no le hubiéramos permitido disculparse».
Con dichas actitudes, a juicio de Abad, «lo único que se consigue es dañar la imagen del club. Disculparse ha sido lo mejor que ha podido hacer. Por él y también por los chavales. Ha sido una buena lección para todos. Ojalá que cunda el ejemplo».
