Mikel Aiartzaguena: «Nunca nos puede ganar la emoción con los hijos»

El pasado domingo 14 tuvo lugar un desagradable incidente durante la disputa de un partido de playeros, en el que tomaban parte chavales de quinto de Primaria en un torneo entre colegios de Zarautz, Orio y Getaria. Un árbitro fue insultado por un padre y otro recibió amenazas por parte de los jugadores. «Desde el club vemos estas actitudes como una grave falta de respeto a los chavales que están realizando una tarea que no es nada sencilla, como es arbitrar. Todos, incido, todos, debemos reflexionar e interiorizar sobre nuestros comportamientos de cara al público», puntualiza.

«El fútbol playero es una categoría cuyo objetivo es educar a los chavales en base a unos valores. Y eso debe servirnos como herramienta educadora de unos valores que queremos transmitirá a los chavales –añade–. La competición en sí trae consigo que haya ganadores y perdedores, pero hay que aprender a ganar y también a perder. Pero siempre desde el respeto entre los jugadores y, sobre todo, a la figura del árbitro. Ni gana ni pierde, pero su concurso es necesario para la disputa de un partido. Sin él, es imposible la disputa de cualquier competición».

A su juicio «desgraciadamente, hay gente que no ve a la competición como un vehículo educativo. En cambio, nosotros sí creemos que es una herramienta válida como un complemento añadido a la educación. Hay veces que se gana y otras se pierde. Hay que saber asimilar ambas cosas, pero siempre desde el respeto, tanto al rival como al árbitro. Y también al público».

Preocupado por esta peligrosa deriva, Aiartzaguena incide en que es necesario mandar el mensaje a los aficionados de que hay que erradicar los comportamientos violentos en los campos de juego. Este fin de semana se juegan en Zarautz las eliminatorias de cuartos de final y semifinales del Campeonato playero de Fútbol Eskola y el siguiente son las finales. «Si habitualmente hay tensión en los partidos en los que no te juegas nada, imagínate con tanto en juego. Desde el club queríamos cortar de raíz estos comportamientos incívicos. El objetivo es que la gente que acude a ver un partido vaya a pasárselo bien. Ese el principal reclamo, pero también deben reflexionar. Siempre hay ganadores y perdedores, pero todos formamos parte de esto, organizadores, padres, jugadores y árbitros. Y todos debemos respetarnos unos a otros».

Recordando esos desgraciados incidentes, Aiartzaguena señala que «cuando se increpa a un menor, en este caso a un árbitro, aunque también pasa con los jugadores, se haya equivocado o no, el comportamiento no es bueno. No resulta nada edificante ver a un padre en la grada o cerca del césped, insultando a un jugador en vez de animarle a que lo haga mejor. Si le corriges algo, que sea para bien, que sea algo constructivo. Hemos palpado que las indicaciones que reciben los chavales de parte de sus padres no son precisamente constructivas. Eso nos lo han transmitido chavales de catorce años...».

El club zarauztarra ha establecido un código interno de actuación para evitar que reproduzcan estos hechos tan lamentables. «Está dirigido a los partidos que se disputan en Asti, donde ha habido alguna situación incómoda durante la temporada protagonizada por algunos de nuestros seguidores. No todos han sido del equipo rival. Tenemos muchas cosas que mejorar. Hemos mantenido reuniones puntuales con los padres para llamar la atención y reflexionar juntos. No podemos perder el horizonte. A todos nos gusta ganar, pero a estas edades, y tampoco a ninguna, no todo vale. Las faltas de respeto no su pueden tolerar en ninguna circunstancia, no tienen razón de ser. Este código es fácil de asimilar, pero en caliente muchas veces no lo cumplimos. Son cosas sencillas. Lo malo es que sigue habiendo padres que se creen entrenadores».

El Club Deportivo Zarautz se une también a la campaña Kirolean Errespetuz, impulsada por este periódico y respaldada por la Diputación de Gipuzkoa, con Goizane Álvarez a la cabeza, con la que se pretende erradicar los comportamientos antideportivos de los terrenos de juego y de las gradas.