«Me llama mucho que en los Juegos de 2024 haya dos opciones de medalla»

- Hace poco me dijo que iba a seguir, que iba a intentar ir a los Juegos Olímpicos de París. Si tomó esa decisión, ¿es porque existía la posibilidad de retirarse?

- Sí, sí, antes de ir a los Juegos de Tokio no tenía claro qué iba a hacer después y llevaba mucho tiempo pensando en qué hacer. Seguir, no seguir... Xabi me decía 'vamos, compites y luego te tomas un tiempo y ya se verá'. Pero a pesar de decir eso y de querer llevarlo a la práctica, estaba todo el rato dándole muchas vueltas. En Tokio, un día le decía que iba a seguir, otro que no... Al final ya vi que tenía que cogerme mi tiempo para tomar esa decisión.

- De vuelta de Tokio, recién aterrizada, mucha gente le preguntaba ya por París.

- Sí, pero necesitaba ese tiempo para reflexionar, también para descansar porque había llegado bastante al límite a Tokio. Después tuvimos el Campeonato de España y dos pruebas de la Copa del Mundo, en Pau y en La Seu d'Urgell. También había Mundial, en Bratislava, pero tenía claro que no iba a ir porque hubiera sido alargar demasiado la temporada. Resulta que en esas pruebas de Copa del Mundo estaba la posibilidad de competir en extreme, esa modalidad nueva que será olímpica en París y en la que yo nunca había competido, porque siempre estaba centrada en el slalom y ahí veía cierto riesgo de lesión. Probé y se convirtió en una motivación nueva, algo que me daba ganas de competir. Creo que sería una pena dejar todo, no conocer bien esa modalidad. Podría participar en las dos, creemos que en febrero del año que viene se establecerán los criterios de clasificación.

- Entonces, ¿el extreme fue el empujón para la decisión de seguir compitiendo?

- No sé. Ha podido ayudar. También el hecho de que en París habrá dos opciones de conseguir medalla y eso me llama mucho. El entrenamiento de slalom sirve para extreme y viceversa, por lo que vamos a trabajar en las dos modalidades.

- Volviendo a la decisión, ¿influyó que la próxima olimpiada será cerca y dentro de tres años en lugar de cuatro?

- Lo de los años no sé si ha influido, pero que sea en París, sí. Los Juegos de Londres fueron una pasada y seguro que los de París también van a ser especiales. Y luego está la cercanía, claro. Nosotros necesitamos entrenar en los canales en los que vamos a competir y no es lo mismo ir a Río de Janeiro o Tokio, como en las dos últimas olimpiadas, o ir a París. No sé si acabaré yendo, pero en la pelea por la plaza esa cercanía la vamos a agradecer.

- Ya conoce el canal.

- Estuvimos en Semana Santa unos diez días. Fuimos porque se parece al de Tokio y por esa comodidad que no nos daban otros como el de Río de Janeiro o el de Londres, también parecidos. La diferencia es que el de Tokio es recto y el de París, en curva, pero la navegación es muy similar, tienen los mismos obstáculos.

- ¿Van a ir mucho a entrenar en París a partir de ahora?

- Por ahora no, es pronto. Si quiero estar en esos Juegos, hay que tener mucho cuidado con la planificación. Ahora tengo que estar más tranquila, porque tres años a tope no los podría aguantar. Quiero disfrutar de lo que he hecho, de lo que estoy haciendo y poco a poco ir calentando motores. Toca un año de menos exigencia en entrenamientos, más adelante sí que empezaremos a ir más.

- Es el valle lógico que viene después de haber estado al máximo, ¿verdad?

- Sí, ese valle tiene que estar ahí. Pero en mi caso después de 2012 fui madre y después de 2016 no paré, porque veía que tenía mucho por mejorar. Seguí a tope y además tenía muchos compromisos. El cuerpo me dio algún aviso. Tuve vértigos, luego problemas en las costillas y todo porque me había exigido demasiado, no había respetado ese valle. Ahora sí que, con la edad que tengo y la experiencia, veo que hay que respetarlo. Y también con la conciencia tranquila. Porque a veces tengo una tarde que me toca descanso, estoy en casa sin entrenar y me siento culpable. Y eso no puede ser así. Sé que esta tranquilidad de ahora será buena para estar bien en 2023 y 2024. Con la experiencia posterior a 2016 he aprendido que hay que poner el freno cuando toca.

- Si llega a París competirá con 41 años. ¿La edad es solo una cifra en el DNI si el cuerpo está bien?

- Yo me siento joven, pero la competición y los entrenamientos son exigentes y el cuerpo no puede esconder la edad, se nota. Por eso es importante saber descansar, que el cuerpo recupere bien. Sin embargo, sigo disfrutando de la piragua, de sacarle rendimiento. Con ese tema de la edad, me costó darme cuenta que tendría que estar orgullosa de competir en unos Juegos Olímpicos con 38 años. Era la mayor y me lo decían mucho. Pero en vez de ser una carga era algo meritorio, algo que nadie me había regalado y de lo que tenía que estar orgullosa. Sabía a lo que había ido, lo que quería hacer y ese punto de orgullo me dio un plus. Estando allí sentía que no tenía nada que perder. Y ahora preparando París voy a estar con la misma sensación, de vivir una experiencia más y un camino, llegue o no a esos Juegos Olímpicos.

- ¿Será más difícil conseguir una medalla en París que lo que lo fue en Tokio?

- No pienso en eso. Pienso en que si llego a París voy a tener dos posibilidades de medalla, por primera vez. Sí que voy cumpliendo años y que las jóvenes vienen pegando fuerte, pero cuando nos ponemos en la salida sabemos que puede pasar cualquier cosa.

- Antes de Río de Janeiro 2016 decía que iba a por medalla y en vísperas de Tokio 2020 comentaba que lo importante era el camino. ¿Se estaba preparando por si no salía bien?

- No solo me preparé yo, sino también a mi hija Ane, de la que nos íbamos a separar por primera vez y por tres semanas. Le gusta verme competir bien, aunque siempre no sale como queremos y suele tener frustraciones importantes. Y al entorno. En los últimos meses ya les dije que podía pasar cualquier cosa y que esto es deporte. Cuando sale bien todo es alegría y felicidad, pero si sale mal cuesta asimilarlo.

- También en vísperas de viajar a Tokio me comentó que había preparado a Ane para esa separación temporal y que 'si Ane está bien, yo estaré bien'. Pero luego se le hizo largo, ¿no?

- Bueno, pero lo llevamos bien. Siempre me gusta mirar el lado positivo de las cosas y en este caso veía que tenía, por primera vez en muchos años, tres semanas enteras para preparar una competición, Xabi y yo al cien por cien. Aproveché bien ese tiempo y no estuve lamentándome de que Ane no estaba con nosotros. Sí que la teníamos muy presente pero todos los días hablábamos con ella, la veíamos genial y en ese sentido no hubo problema. Sabía que iba a estar viendo la tele y le mandé unos besos y unos saludos al acabar las bajadas.