Borja Fayos se regala un regreso soñado

La afición a las carreras de caballos se sostiene sobre la pasión. La emoción, disparada cuando compiten los purasangres. La historia, reescrita una y otra vez. Hay gente que no cree en el destino,pero todo lo que ha pasado esta semana parecía preparado por una fuerza mayor. Contra pronóstico, se anunciaba el retorno de Borja Fayos dos meses antes de lo esperado. En el hipódromo que le vio nacer como jockey. El día que debutaba en Zubieta el caballo con el que logró su última victoria antes de la sanción. Para los que creen en fuerzas divinas, blanco y en botella. Para los incondicionales de Fayos, también.

Y el epílogo estuvo a la altura. Con emoción, porque 'Texeira' parecía ganar durante media recta, pero al caballo de al lado lo montaba Borja Fayos Martín. Se remangó como en sus mejores días, le cogió la cara a 'Flaming Glass' para decirle «me lo vas a dar todo» y el potro de Álvaro Soto se entregó para volver sobre 'Texeira' y rebasarlo ante unas entregadas tribunas. Un grito de rabia ahogado en lágrimas. Cinco meses de sufrimiento que llegaban a su fin con el caballo de su amigo, el que le sostuvo en los momentos más difíciles. Un final de Hollywood.

Los nervios apresaban a Fayos ante su vuelta, aunque no le atenazaron. Fino como en sus mejores días, el obligado parón le hizo replantearse todo. Su carrera, su vida, el futuro. El peso ha sido su tortura durante largo tiempo, pero ha vuelto en 56 kilos. «Un nutricionista me ha enseñado a comer», reconocía. Instalado en Donostia desde hace unos días con algunos pupilos de Soto, no podía haber mejor escenario para él. Su hipódromo. Un lugar donde «siempre he sido feliz».

Calentó motores con 'Impressionant', tercero a punto de dar la sorpresa, preludio de lo que venía después. 'Faith Rose' había dado un puntito más de valor en Madrid y además le tenía que ceder kilo y medio. No parecía fácil que 'Flaming Glass' pudiese con él, pero a la hora de la verdad se adaptó al circuito vasco muchísimo mejor que el favorito.

Tras la carrera, el alivio. Y la emoción. «También he aprendido a llorar», decía. Y es que la dedicatoria tenía un destinatario especial, su hijo. Familia y amigos le han sostenido en uno de los momentos más difíciles de su vida, pero ahora ha vuelto reinventado. Más ambicioso. Más ilusionado. Más calmado. «Hay un dios ahí arriba que me ha dado una lección», aseguraba.

Divinidad o no, este domingo la vida le regaló una nueva oportunidad. O fue Borja Fayos quien se la dio a sí mismo. Por no rendirse y por querer ser mejor.

La primera jornada dominical estuvo acompañada por un animado ambiente en las gradas, aún sin la apariencia de los grandes días de verano, pero con un aspecto muy mejorado respecto a citas precedentes. El menú deportivo no estaba nada mal y lo cierto es que, al margen de la carrera principal, deparó unas pruebas entretenidas y variadas.

Donde no hay variaciones es en el dominio que ejercen Óscar Anaya y Ricardo Sousa. Juntos, sumaron dos de dos. Impresionante la victoria de 'Quejo' en su primera carrera para el argentino. Sousa solo tuvo que mirar para atrás una y otra vez para comprobar que nadie se le acercaba. Más pillo estuvo con 'Corps des Pages'. Su principal rival, 'Bravo', viajaba enjaulado a su grupa y no quiso despegarse hasta que su rival quedase sin tiempo de remontada.

Los caballos de raza árabe disputaron su gran carrera del verano, con victoria para el favorito 'Gorat Aeen'. La yegua de Rohaut apunta a carreras de Grupo próximamente en Francia. 'Vicking City' en el Memorial Nagore Otaño y 'Dabespir' en la segunda manga del hándicap completaron la nómina de triunfadores del día.