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Aihen Muñoz regresó al equipo después de haberse lesionado el pasado 26 de enero ante el Getafe. Volver a la actividad y hacerlo en ... el Benito Villamarín ante el Betis suponía una exigencia mayúscula para el lateral, que mientras el encuentro se desarrolló con los dos equipos en igualdad numérica estaba siendo superior a un Antony más preocupado en vigilar las subidas del de Etxauri que de buscarle la espalda. Claro que la expulsión de Zubeldia varió radicalmente el escenario y la acción del penalti, que supuso además su cartulina amarilla, terminó de condicionarle definitivamente, hasta el punto de que Imanol le sustituyó al descanso por Javi López para evitar males mayores.
El desafío de marcar a Antony, de dulce desde que llegara cedido por el Manchester United, exigía una buena versión del navarro. En los primeros 20 minutos, con la Real quitándole el balón al Betis, pudo permitirse alguna alegría en ataque que obligó al brasileño a perseguirle para evitar la superioridad numérica que generaban Aihen y Sergio Gómez por la izquierda con Ortiz, el lateral diestro bético.
Su mapa de calor El de Etxauri vivió más tiempo alejado de su área que cerca de ella. Sus subidas por banda, sobre todo en los primeros 20 minutos, quedan reflejadas.
En defensa, y ya con diez jugadores, Aihen bloqueó un disparo del brasileño antes de la acción del penalti a la media hora de juego al intentar evitar la internada de Antony. La mano en el hombro del jugador bético fue la coartada que necesitaba Gil Manzano para pitar penalti y amonestar al de Etxauri, que quedó marcado a fuego.
Pese a que Antony le buscó las cosquillas en alguna acción, Aihen se mantuvo firme, pero sin poder darse las alegrías ofensivas de los primeros compases. En ese escenario, Antony se sintió más liberado, más cómodo, pudiendo jugar más cerca del área, pero sin generar verdadero peligro.
Con balón, Aihen tuvo más problemas ante la presión adelantada del Betis. Perdió algún balón, pero ninguno decisivo y cuando Gil Manzano decretó el final de la primera mitad, el txuri-urdin pudo decir aquello de 'misión cumplida'.
Pero seguramente, cuando Aihen ganó el túnel de vestuarios, ya era plenamente consciente de que iba a ser sustituido. Lo había hecho Imanol con Balda el pasado jueves en Herning para evitar precisamente lo que le pasó al de Etxauri en el Olímpico de Roma ante la Lazio, cuando fue expulsado en la primera parte por ver dos amarillas. Y en el entretiempo, el oriotarra confirmó que es hombre de ideas fijas. Aihen cogió el abrigo y se metió en el banquillo para ver la segunda mitad en la que Antony pudo sonreír al fin tras marcar el gol en una acción a balón parado que abrió la goleada bética. Quizás jugando once contra once...
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