Doce deportistas y cuatro medallas
Los representantes del territorio han participado con buena nota, con tres platas y un bronce
Maialen Chourraut, slalon k1 (Medalla de plata)
Plata histórica para una deportista de ensueño
El 27 de julio de 2021 ya forma parte de la historia del deporte guipuzcoano. Ese día, a sus 38 años, la piragüista Maialen Chourraut ... consiguió emocionar a toda Gipuzkoa tras hacerse con una más que merecida medalla de plata en K1, en eslalon.
Ese mismo día, además, la de Lasarte-Oria se convirtió en la deportista del territorio histórico más laureada de todos los tiempos en unos Juegos Olímpicos. Porque al segundo puesto obtenido en las aguas de Tokio hay que sumarle el bronce en Londres 2012 y el oro en Río de Janeiro 2016. Palabras mayores.
Y eso que, según Chourraut, «ni era la mejor ni la más rápida», pero sí la que más experiencia tenía y mejor podía controlar los nervios en una final de estas características. Dicho y hecho. Tras dejar atrás la lluvia, el cielo cerrado y el viento, salió el sol para la prueba de aguas bravas. Y ahí Maialen, ya una leyenda consagrada, no falló.
Tras estudiar el canal de Kasai y sus trampas, la guipuzcoana adivinó la manera de salvarlas todas en cada una de las 25 puertas. Seis de remontar, 19 de bajada, en el sentido natural. Marcó un tiempo de 106.63 segundos y solo la alemana Ricarda Funk pudo con ella.
Humildad, trabajo, sacrificio y perseverancia. Todo esto y mucho más es una Maialen Chourraut que, junto a su entrenador y marido Xabi Etxaniz, tomó la difícil decisión de dejar su pasado en La Seu para volver a su tierra natal. Para volver a estar cerca de su gente, de su Atlético San Sebastián y de su tan amado canal del río Bidasoa. Siempre acompañada por su hija Ane, por supuesto.
Una vez aterrizada en Gipuzkoa, Chourraut ofreció una emotiva rueda de prensa en la que no paró de dar las gracias. Después, fue merecidamente recibida y ovacionada por todos en la sede del Atlético San Sebastián sita en la playa de La Concha.
Ander Elosegi, slalon C-1 (4º puesto)
Cuarto diploma olímpico en otras tantas citas para Elosegi
Su descenso en 106,59 segundos no le bastó para entrar en la lucha por las medallas, pero sí para conseguir un nuevo diploma olímpico, el cuarto de su carrera en otras tantas citas. En esta ocasión Ander Elosegi solo pudo ser octavo, al igual que Río, y se queda con la miel en los labios de haber conseguido un metal.
El piragüista irundarra debutó en los Juegos de Pekín en 2008 cuando solo tenía 20 años. Hoy, con 33, su palmarés es envidiable para cualquier deportista. Más si cabe después de todas las restricciones que ha sufrido debido a la pandemia.
Clara Azurmendi, bádminton (fase de grupos)
Una victoria en su primera participación en los Juegos
Aunque no pudo alcanzar las rondas eliminatorias, Clara Azurmendi puede quedarse con un buen sabor después de haber disputado sus primeros Juegos Olímpicos. La joven donostiarra de 23 años logró una victoria y sus opciones por colarse entre las mejores se mantuvieron intactas hasta el final.
Tras ganar a la nigeriana Adesokan, Azurmendi dependía de un triunfo de la africana para pasar de ronda, pero la surcoreana An Se-Young hizo los deberes. Pese a todo, Clara ya ha cumplido su sueño y nunca olvidará lo vivido en Japón.
Teresa Errandonea, 100m vallas (primera ronda)
Un sueño hecho realidad pese a no lograr el objetivo
Con 8 años ya soñaba con poder estar en una cita olímpica y con 26 lo ha cumplido. Teresa Errandonea puede estar muy orgullosa de su papel en los 100 metros vallas independientemente de no haber logrado el objetivo.
Llegó a Tokio con el vigesimoctavo mejor tiempo de entre las cuarenta participantes. Solo 24 iban a tener el premio de colarse en las semifinales. Por eso, su tiempo de 13'15 no fue suficiente. Aún así, la atleta irundarra del BAT ha completado una gran temporada y ya prepara con ilusión su futuro para estar, quién sabe, en París 2024.
Iñigo Peña, k-2 1000m (sexta posición)
La sexta posición sabe a poco para el piragüista de Zumaia
Está entre los mejores del mundo y eso ya es un premio para Iñigo Peña. No obstante, el zumaiarra se queda con la espina clavada de no haber podido hacerse con una medalla en el K-2 1000 metros junto a su compañero Paco Cubelos.
Con un tiempo 3:17.327, Peña y Cubelos quedaron 2,047 segundos por detrás de los australianos Green Thomas y Jean van der Westhuyzen, oro. Ya en frío, y aunque «aspiraba a más», el piragüista guipuzcoano hace balance positivo e
Odei Jinaga, jabalina (semifinales)
Con problemas en el hombro es muy difícil
Odei Jainaga se quedó sin poder disputar la final de jabalina por unas molestias en su hombro que le llevan lastrando toda la temporada en la Real Sociedad. El eibartarra lanzó a 73,11 metros y terminó su serie en decimocuarto lugar, el 29º del total de jabalinistas y lejos de los 82,40 requeridos para pelear con los mejores.
Ane Santesteban, ciclismo
Con opciónde medalla hasta el final
Ane Santesteban mejoró su registro de los últimos Juegos al cruzar la línea de meta en vigesimoctava posición. La ciclista de Errenteria transitó durante gran parte de la carrera de ruta con el grupo que luchó por las medallas pero terminó desfondándose en los últimos kilómetros.
Gorka Izagirre, ciclismo (23º puesto)
El mejor de los nuestros en el «infierno»
El positivo del masajista del equipo español Joseba Eleguezabal les puso contra las cuerdas a escasas horas de competir, pero Gorka Izagirre pudo correr para terminar la carrera en ruta en vigesimotercera posición, siendo el mejor de la selección. Aunque no pudieron pelear por más y catalogaron la jornada como «un auténtico infierno», hay que reconocer el gran trabajo del Gorka y su equipo.
Ion Izagirre, ciclismo
La mala suerte se ceba con el de Ormaiztegi
Unos pinchazos en los soleos dejaron fuera de combate a Ion Izagirre al poco de superar los 15 kilómetros en la prueba contra el crono. El ciclista de Ormaiztegi, vigente campeón de España, se fue «dolido y decepcionado» de la villa olímpica por no haber podido dar lo mejor de sí para, al menos, igualar el octavo puesto de Río 2016. En la prueba en línea tampoco le fue como esperaba.
Oyarzabal y Zubimendi, fútbol (medalla de plata)
La Real brilla con luz propia con sus medallistas de plata
Cualquier calificativo se queda corto para definir la temporada que se han marcado Mikel Oyarzabal y Martín Zubimendi. Sin olvidarnos lógicamente del navarro Mikel Merino, claro. Los tres jugadores de la Real han sido protagonistas en la selección olímpica que este sábado se colgó la medalla de plata tras una igualadísima final con Brasil (2-1).
Así las cosas, Oyarzabal y Zubimendi, en representación de Eibar y Donostia respectivamente, recogen el testigo David Billabona (Irun) y Mikel Lasa (Legorreta), oro en Barcelona'92.
Y es que hacerlo mejor es casi imposible. Con solo 41 partidos en Primera división, Martin ya copa las páginas de muchos medios tras su gran papel en la selección. A sus 22 años, el centrocampista de la Real es presente y futuro del fútbol español. Todo lo hace bien. Si a eso le sumamos su templanza sobre el verde y que tácticamente no falla, es casi imposible no verle como titular en estos momentos. Solo le falta el gol.
Lo de Oyarzabal ya es de otro planeta. Vaya año. Seguramente lleva recorridos más kilómetros en sus piernas que los 10.400 que había entre Zubieta y Japón. Pero a él casi ni se le nota. Marcó el penalti que valió una Copa, con la absoluta fue uno de los mejores en la Eurocopa y en los Juegos ha sido el líder indiscutible
Julen Aginagalde, balonmano (medalla de bronce)
Un bronce que culmina la gran carrera del irundarra
Unos problemas de espalda le tuvieron apartado de la órbita de la selección durante un largo tiempo. Incluso se llegó a pensar que nunca más volvería. Pero Julen Aginagalde pudo recuperarse a tiempo y Jordi Ribera no dudó en incluirle en la convocatoria. ¿Quién no se llevaría consigo a uno de los mejores pivotes de la historia del balonmano?
Y eso que el actual jugador del Bidasoa no lo tuvo fácil al quedarse fuera de la lista en las tres primeras citas del campeonato. Aún así, sin hacer apenas ruido y cuando más lo necesitó el equipo, Aginagalde emergió para volver a ser un quebradero de cabeza desde los seis metros.
Y con el bronce de Tokio, el irundarra ya tiene la medalla que le faltaba. Es el Dani Álves de este deporte, con la diferencia de que Julen sí tiene un Mundial entre sus brazos. El mejor colofón a una generación de oro.
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