Destinos sincronizados por el reloj olímpico
Los piragüistas Ander Elosegi e Iñigo Peña, y los atletas Odei Jainaga y Teresa Errandonea enfocan su día a día hacia los Juegos
La cuenta atrás finaliza en diez semanas. La alarma se programó hace ya cinco años. No sonó el pasado verano. El ciclo olímpico ha sido ... eterno, pero ya está aquí Tokio 2021. Sincronizados por su reloj, los deportistas. Al margen del embalaje que aportan la historia, los discípulos de Zeus, la leyenda y los medios de comunicación, ellos permanecen en su burbuja del sacrificio diario y el talento.
«Hace unos días me puse a mirar el calendario y vi que quedaban dos meses y pico. Decidí no volver a mirar nunca más», cuenta Odei Jainaga (Eibar, 1997), lanzador de jabalina con serias opciones de estar en Tokio. Tocó el envoltorio y prefirió volver al núcleo. «Intento no presionarme mucho porque solo puede afectarme para mal. Claro que unos Juegos imponen más que otras competiciones. Pero no cambian la preparación o el apartado deportivo. Cambia el entorno».
«Notamos que es año olímpico al disponer de más recursos y poder hacer un trabajo más específico»
iñigo elosegui (Piragüista, eslalom C-1)
En este preciso momento, «desearía no tener Instagram solo por las veces que me preguntan si me he clasificado ya». Pero claro, con 24 años... Y es que su participación en los Juegos aún no es segura. Fuente extra de tensión. «Si tuviera plaza, podría hacer otra preparación y no estar obligado ahora a buscar el pico de forma», lamenta. Pero la mínima está en 85 metros y su récord está en 84,10. Por ránking de puntos lo ve más factible «pero ahora mismo me duele el aductor y me voy a perder unas buenas tiradas. Este mes a ver si me curo bien y el que viene logro buenos puntos en el campeonato de España y el final de liga. Los Juegos no me generan tanta locura, pero sí admito que son un súper objetivo y sería un premio a todo el sacrificio de los últimos año». Trata de aislarse del celofán olímpico en el día a día del centro de alto rendimiento de Fadura y asegura que no ve anillos de colorines cuando se va a pescar los fines de semana.
«Los Juegos actúan como una rueda; si no hubiera entrado en el ciclo en 2017 hoy no estaría aquí»
iñigo peña (Piragüista, K-2 1.000 metros)
El piragüista Iñigo Peña (Zumaia, 1990) soltó la losa de la clasificación el 20 de abril. Logró la plata en el Mundial de 2019 en el K2 «pero la plaza para los Juegos no era nominal, sino de la Federación. En este ciclo olímpico hemos tenido siete pruebas de selección, con la sensación de tener que estar continuamente demostrando. Los Juegos actúan como una rueda. No te puedes desenganchar dos años y prepararte luego a tope. Los botes están cerrados. Después de competir en Río 2016, veía Tokio muy lejos. Solo quería desconectar. Pero desde octubre empecé a preparar el K2 con Cubelos y en 2017 ya entramos de lleno en el ciclo. Si no llegamos a hacerlo entonces, no estoy ahora aquí. Hace un par de semanas miré el Instagram de los Juegos y vi que quedaban tres meses. ¡Me quedé en shock! ¡Cómo pasa el tiempo!».
Opciones de medalla
En el Blume de Madrid no tiene margen para pensar más que en el día a día: sesión aeróbica a las 8.00 (bici o footing), primer entreno en el agua (dos horas) a las 11.00, segundo (más corto) a las 15.30 y pesas en el gimnasio a las 18.30. ¿Compensa? «Claro que sí, me siento afortunado de tener entre mis vivencias finales en Mundiales o ir a unos Juegos». Fue 5º en Río. «Ahora quiero mejorar, y no quiero ser cuarto», lanza.
«Hace unos días vi en el calendario que quedaban dos meses y pico; decidí no mirar nunca más»
odei jainaga (tirador de jabalina)
Busca también medalla Ander Elosegi (Irun, 1987), cuarto en eslalon (C-1) en Pekín 2008 y Londres 2012. Afronta sus cuartos Juegos y por eso sabe que «la cita olímpica no es diferente desde el punto de vista deportivo a otra de nivel internacional. Es especial por su repercusión y es verdad que lo notamos a nivel de disponer de recursos o tener la posibilidad de hacer entrenamientos más específicos. En cuanto a tensión o nerviosismo, sí que cambia un poco porque los Juegos son cada cuatro años, ya es difícil estar en ellos, y sientes la necesidad de aprovechar la ocasión». Por experiencia, o por carácter, el irundarra lo lleva «con toda naturalidad, sabiendo que la preparación es similar a cuando tenemos un Mundial. También nos preparamos mentalmente con la ayuda de psicólogos profesionales en deporte de rendimiento». Nota que en su entorno «ya se ha instalado la curiosidad por todo lo que suponen los Juegos. Es normal. Viene el final del ciclo. Pero solo pienso en llegar en el mejor momento de forma posible al día 26 de julio que es cuando compito».
«Sería un sueño; desde pequeña he visto los JJOO en la tele, pero no quiero obsesionarme: es malo»
teresa errandonea (vallista 100 metros)
Es el discurso pegado al suelo. El de Teresa Errandonea (Irun, 1994), que precisamente batió ayer el récord de Euskadi de 100 vallas con 13.16. «Quiero intentar no obsesionarme con los Juegos porque no es bueno y centrarme en el día a día. Hace año y medio lo veía muy lejos, pero el curso pasado competí muy bien y se me han abierto las puertas. Sería un sueño. Desde pequeña he visto las Olimpiadas en la tele».
El dichoso World Ranking de atletas se actualiza todas las semanas y la irundarra, bien posicionada, debe rubricar su clasificación. «He ido cuidando los detalles específicos y lo demás ha sido una evolución natural. Desde que entreno con Ramón Cid me estoy llevando sorpresas y creo que puedo seguir mejorando». El reto: bajar de los 13 segundos en los 100 metros vallas. En mes y medio sabrá si tiene plaza olímpica. Mientras, dos horas y media de entreno diario. Y, como no es profesional, a trabajar. «Curro 32 horas en Salto Systems y me viene genial para desconectar» y dejar de mirar al reloj olímpico.
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