Sin gasolina para el ida y vuelta de Tenerife

Minutos antes de que el partido empezara, el Real Madrid, en Euroliga contra el Anadolu Efes, había comenzado el suyo con un parcial de 17-0 a favor, y los tinerfeños no quisieron ser menos y dieron un primer meneo a los guipuzcoanos, que a duras penas se sostuvieron en pie sobre la cancha del Santiago Martín. 13-0 en dos minutos y medio que presagiaron lo peor. Rebotes ofensivos, pérdidas de balón y malas defensas permitieron al mejor ataque de la ACB gustarse y anotar debajo de canasta y desde el triple. Tomàs cortó la sangría.

La buena noticia fue la capacidad de reacción del equipo de Marcelo Nicola, que lejos de dejarse llevar nada más saltar a la cancha, comenzó a trabajar en defensa y a sentirse mejor al otro lado de la pista. De un peligroso 27-11 se pasó a un tranquilizador 29-21 en la penúltima jugada del primer cuarto. Span metió un triple desde ocho metros (27-14), pero los verdaderos artífices de los mejores momentos del Acunsa GBC fueron Faggiano, Motos, Dee, Carlson y Magarity. El escolta donostiarra entró en el minuto ocho y estuvo muy presente en el juego por su agresividad tanto en defensa como en ataque.

Pocas veces esta temporada se ha visto tanta diferencia entre dos quintetos del mismo equipo. Con Carlson y Magarity en cancha, el Gipuzkoa Basket podía practicar un baloncesto más abierto, castigar al '5' rival, y proponer un juego en el que todas sus piezas participaban con cortes a canasta, bloqueos abiertos y ocupación de espacios en el lado débil. Así llegó el parcial de 2-11 con el que el equipo abrió el segundo cuarto y que le permitió acercarse hasta a dos (34-32) tras un triple de Carlson. Sin embargo, era muy difícil mantener esa intensidad y la gasolina llegó hasta donde llegó. Y el Tenerife lo aprovechó. Cerró la primera mitad con un 14-4 que devolvió la ventaja a más de diez (52-40). El depósito estaba en reserva y todavía había que volver a San Sebastián.

Todas las opciones del GBC pasaban por 'bajar el culo', como se dice en el argot de la canasta, y apretar los dientes para complicar cada ofensiva al Tenerife, pero el ritmo del partido fue todo lo contrario. Velocidad en todo momento que, a veces, ni el propio Gipuzkoa Basket quiso rebajar. Con la salida de vestuarios, Okouo volvió a ser de la partida y Shermadini sonrió. Cuatro canastas consecutivas y una asistencias para contrarrestar cualquier reacción visitante (62-45) y prácticamente sentenciar su vigesimosexta victoria del curso.

Con la acumulación de partidos aplazados, el GBC no volverá a jugar, en principio, hasta el domingo 9 en Manresa.