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Otro partido en el Stadium Gal jugado en condiciones nada aptas para el fútbol de brillo y toque suave. Este domingo el césped estaba encharcado ... al principio y embarrado hasta lo imposible al final. Algo parecido, quizá no tan extremo, como cuando Carbó se estrenaba al frente del equipo hace dos semanas. Aquel día un Real Unión muy competitivo le ganó 3-1 al Athletic B entre los charcos del Stadium Gal, pero ayer las cosas no salieron igual. Empezaron el partido bien, ordenados, con las ideas claras, concediendo poco en área propia y amenazando, sin llegar a meter miedo de verdad, en la del rival, nada menos que el destacado líder. La más clara fue una carrera de Sergio Benito sobre la piscina de la banda izquierda para ganar la espalda a Fornos en un balón largo que le propuso Munroe, agitador del juego en ese primer tiempo desde su banda. La velocidad de Benito y su conocimiento de ese césped maltrecho le permitió llegar hasta el área chica, aunque, demasiado escorado, no pudo embocar entre palos.
Tampoco la Cultural consiguió generar peligro real. Lo más parecido fue una serie de rechaces para posibilitar tiros, ninguno claro ni a portería. El primer chut a puerta del encuentro llegó en el 37. Se lo apuntó el central Satrústegui a la salida de un corner y lo detuvo fácil Wright abajo.
Real Unión
Wright;Quintana, Domínguez, Mosquera, Munroe;San Bartolomé (Eimil, m. 71), Iker Bilbao (Vidorreta, m. 79), Rivero, Aranzabe;Obieta (Cayarga, m. 71), Sergio Benito (Asier Benito, m. 79).
0
-
1
Cultural Leonesa
Bañuz;Guzmán Ortega, Fornos (Suárez, m. 63), Satrústegui, Víctor Ruiz;Chacón (Castroviejo, m. 79), Bicho;Pastoriza (Calderón, m. 79), Justo (Artola, m. 59), Samanes (Ian Martínez, m. 63)
Gol: 0-1, Manu Justo, minuto 50.
Árbitro: Armando Ramo Andrés, asistido por Sergio Ferrando Arnal y Alaiz Gutiérrez Martino y con Jorge Rubio Ortega de cuarto. Amonestó a Finley y Domínguez de los locales y a Ruiz de los visitantes. Expulsó con roja directa a Asier Benito en el minuto 86 por un manotazo más que discutible.
El segundo tiempo fue radicalmente distinto. El primero no había dado para juego preciosista, pero sí hubo intensidad, pugna, competitividad y algún buen gesto técnico. Parte de la culpa de eso la tuvo Manu Justo. El punta leonés se ganó un espacio a la espalda de Mosquera para aprovechando un bote encontrar un balón largo ligeramente lateralizado. Ante la salida de Wright, el punta aprovechó el bote del balón para jugarse una vaselina cruzada que, casi llorando, terminó por entrar después de besar la base del poste.
La Cultural ya había hecho lo suyo y decidió que a partir de ahí era mejor que no pasara nada más. Y el Real Unión no tuvo capacidad de tumbar esa decisión. Ninguna capacidad. Con la Cultural exponiéndose menos que en el primer tiempo, a los irundarras les resultó imposible encontrar opciones ofensivas y terminaron el encuentro sin mandar un solo chut entre los tres palos. Faltó intensidad, falto ambición, incluso para afrontar esos 40 minutos en desventaja con la mordiente que se le debería esperar a un equipo que juega de local, que va perdiendo, que se ve mucho más abajo de lo que debiera. El propio Carbó lo reconocía tras el partido. Queriendo «mantener el orden», había intentado con sus cambios ensanchar el campo, fortalecer el enganche entre centrocampistas y delantero, pero no terminó de salir. «Es verdad, nos ha faltado empuje».
Enfrente estaba el líder y el primer tiempo había sido bueno, pero esos últimos 40 minutos no son el mejor recuerdo para que se lo lleven los aficionado irundarras a estas semanas de parón. El siguiente partido, de nuevo en casa, será el 12 de enero y muchas cosas deben cambiar para entonces.
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