Dos goles de Benito alargan el estado de gracia del Real Unión

El Real Unión se afianza por la zona media al ganar a domicilio en Barakaldo con dos tantos del delantero Sergio Benito en la segunda parte (0-2). La de Lasesarre, donde estuvo arropado por más de un centenar de aficionados, es su tercera victoria consecutiva.

Los primeros compases ya mostraron el mejor tono visitante al afrontar el derbi contra el cuarto clasificado. Vidorreta bajó a recibir el balón en campo propio y buscó a Aranzabe, que se encargó de correr, atraer y dar el último pase que Sergio Benito, exjugador del Barakaldo, fusilara contra el rostro del portero Unai Pérez.

A modo de réplica, un pase de Luis Bilbao a la espalda de la línea defensiva dejó a Uriarte mano a mano ante Wright, concentrado para salir rápido y provocar el error en la definición. El Barakaldo acusó demasiado la salida del delantero Maroan, máximo realizador del campeonato con 11 tantos, rumbo al Athletic. Le faltó mordiente.

El efervescente inicio del Unión derivó a control del Barakaldo desde el ecuador del primer tiempo. Pablo Santiago provocó una falta directa próxima al balcón del área que él mismo ejecutó cerca del poste hacia la media hora. No obstante, correspondió al Unión la última ocasión del primer tiempo, un disparo de San Bartolomé a pase de Aranzabe al contragolpe atajado por Pérez.

No hubo sustituciones al paso por los vestuarios de Lasesarre. Sin embargo, las cosas cambiaron notablemente a los pocos minutos. El Real Unión materializó la mejoría experimentada desde la llegada del entrenador Albert Carbó. Un clamoroso error de Aymane al controlar un balón servido por San Bartolomé desde el costado izquierdo habilitó a Sergio Benito para recoger el guante, avanzar un par de metros y superar desde la frontal del área a media altura al palo contrario a Unai Pérez en el 47. El entrenador del Barakaldo retiró del campo 20 minutos después a Aymane, señalado por la acción, y a Uriarte. Tres minutos después, en el 70, aumentó la renta visitante. Eimil interceptó en campo propio un servicio errado del local Borja García y sirvió un pase en profundidad a Benito, que mareó literalmente al revulsivo Muguruza por dentro y batió la meta de lanzamiento raso y cruzado. El partido tenía dueño.