El Real Unión ha recuperado la sonrisa esta temporada

El paso de las jornadas está dictando una realidad que supera las expectativas creadas en el Real Unión al comienzo de temporada. El discurso inicial, con la boca chica, apuntaba a la lucha por obtener uno de los treinta y seis billetes para formar parte de la nueva categoría que se pondrá en marcha el año que viene, pero los irundarras se están empeñando con resultados en poner el listón un poco más alto. El mensaje que sale del vestuario es de cautela. Todos son conscientes de lo rápido que pueden cambiar las cosas y del largo camino por recorrer, pero independientemente de cómo acabe el cuento, los de Zulaika ya han logrado algo que no debería pasar desapercibido: devolver la ilusión a sus aficionados. A continuación, detallamos algunas de las razones que han propiciado el pequeño resurgir de los unionistas.

Si se trata de encontrar culpables de la buena situación que atraviesan en Irun, los focos apuntan en dirección a Azpeitia. Aitor Zulaika llegó el pasado verano procedente de la Real para afrontar su segunda etapa al frente del conjunto unionista. El entrenador de los fronterizos, que se encontraba infrautilizado en Zubieta, ha vuelto a demostrar que su lugar está en el verde, en el trabajo diario que se realiza cara a cara con los jugadores. Parece estar hecho a medida de un Real Unión que ha evolucionado desde octubre hasta ahora.

El azpeitiarra ha intentado crear desde el primer día un equipo de autor, reconocible para sus aficionados. El buen trato del balón y el juego combinativo son algunas de las señas de identidad de una plantilla que ha demostrado saber adaptarse a la circunstancias de la categoría. Es capaz de tratar con mimo el esférico y de buscar al rival en campo contrario, pero también de remangarse y ser un conjunto 'canchero' cuando el guion lo exige.

El Real Unión afrontó el pasado verano la renovación de un plantel que en los últimos años no estaba funcionando. La secretaría técnica liderada por Gorka Etxeberria tomó decisiones difíciles, entre ellas las de prescindir de varios pesos pesados, pero el tiempo está dando la razón al donostiarra y su equipo, que optaron por incorporar a jugadores que respondiesen a un mismo patrón para llevar a cabo una determinada propuesta futbolística. Salvo contadísimas excepciones, todos las contrataciones realizadas están ofreciendo un rendimiento extraordinario desde la jornada inaugural. Si el entrenador y el director de fútbol tienen mucho que ver en la marcha del equipo, también es justo reconocer la cuota de acierto al actual consejo, que fue el que en definitiva apostó por ellos.

En el Unión de la 2020/21 figuran hasta catorce caras nuevas respecto a la campaña pasada. A las habituales cesiones llegadas desde Zubieta se han sumado otras provenientes de equipos de renombre como el Leeds United o el Real Madrid que han llamado la atención. Se apostó por ampliar el radio de actuación contratando a jugadores que aunasen juventud y experiencia. Algunos con mucho camino por andar y otros con muchas horas de vuelo en la categoría de bronce. Salvo Moha Ramos en la portería, que se está viendo eclipsado por la buena temporada de Irazustabarrena, y Ekhi Bravo, que llegó a préstamo desde Eibar y no ha podido disputar un solo minuto por lesión, todos aportan.

Esa contribución empieza por la defensa, en la que tres de los cuatro hombres que la componen habitualmente no estaban el año pasado. El lateral derecho está siendo propiedad de Gexan Elosegi, que se desvinculó de la Real antes de dar el paso al Sanse. El hernaniarra está siendo una de las sensaciones por su solidez en la retaguardia y los tres tantos que ha conseguido hasta el momento.

Desconocido para el público irundarra, llegó del Guijuelo para ocupar, en principio, el lateral, pero se ha afianzado como un central que destaca por su rapidez y su buen juego aéreo. De apuesta segura se catalogó la contratación del ex del Mirandés Gorka Kijera, un lujo para el lateral izquierdo.

El centro del campo txuribeltz incorporó a tres piezas. Un '4' clásico como Anatz Elizondo, que ha visto parada en seco su buena campaña por lesión, un fino estilista como Quique Rivero, y un diamante por pulir como Fran Rivera, el que menos participación está teniendo de todos ellos. A las bandas llegó desborde, una cualidad difícil de encontrar y que en el Unión se puede hallar en varios jugadores. Uno de ellos es Madrazo, habitual en las alineaciones.

La línea en la que menor incidencia están tenido los nuevos probablemente sea el ataque. Kun Temenuzhkov ha perdido el protagonismo que tuvo en las primeras jornadas y Sergio Llamas, autor de un hat-trick el pasado domingo, está empezando a emerger ahora tras un comienzo de curso condicionado por las lesiones.

No solo de caras nuevas vive este Real Unión, que también ha visto cómo hombres que llevaban más tiempo en la entidad han dado un paso adelante. Ekhi Senar está siendo sin duda uno de ellos. Tras el baile de posiciones en campañas pasadas, el navarro se ha convertido en una pieza fundamental del esquema desde el centro de la defensa.

Otros ejemplos son Capelete, que ha vuelto por sus fueros en el extremo, o Galán, recuperado para la causa. En la lista de viejos rockeros que están dando la talla también merece una mención Beobide, el apagafuegos del equipo, y Borja Viguera, algo desapercibido hasta ahora, pero del que se espera mucho en la segunda vuelta.