El derbi guipuzcoano vuelve a ser irundarra

El encuentro disputado en el Stadium Gal contó con dos partes muy diferenciadas. Los irundarras estuvieron muy cómodos durante los primeros treinta minutos, manejando el esférico a su antojo y pisando campo contrario con asiduidad, pero el guion cambió en la recta final de la primera mitad y tras el descanso. Los txuri-urdin perdieron su primera cita del 2021 y pusieron fin a siete encuentros consecutivos sin conocer la derrota, pero demostraron con argumentos de peso su candidatura a ocupar el pódium del subgrupo al término de la primera fase. Si alguien quiere quedar por delante del Sanse en la tabla tendrá que sudar de lo lindo.

El duelo entre los representantes guipuzcoanos de la Segunda B arrancó con la esperada lucha por hacerse con la posesión del balón. Sin mucha profundidad, fueron los locales los que llevaron el peso del choque en los primeros minutos sin llegar a poner a prueba a Ruiz-Zeberio, que sustituyó en la portería del filial realista a Ayesa, lesionado con el primer equipo en Turín.

El primer acercamiento del encuentro se tradujo en el 1-0 pasado el cuarto de hora. Irazustabarrena, que en el Real Unión es muchas veces el encargado de iniciar el juego, encontró a Azkoiti libre de marca en línea de tres cuartos. El capitán puso un centro medido para la cabeza de Galán, que vio por el retrovisor la llegada Madrazo. El ortuellarra llegó a impactar el cuero pero el colegiado Fernández Pérez decretó pena máxima por planchazo de Ezkurdia. El encargado de transformarlo fue Jorge Galán, todo un seguro de vida desde los 11 metros. El atacante navarro de los txuribeltz engañó sin problemas a Ruiz-Zeberio.

Los de Xabi Alonso se desperezaron algo tras encajar el tanto con Robert Navarro a la cabeza, protagonista del primer escarceo realista a la meta contraria pasada la media hora. El talentoso mediapunta llegó forzado a un balón desde la derecha y no pudo orientar correctamente el disparo. Siete minutos después fue Garrido el que trató de sorprender a un adelantado Irazusta pero la intentona no llegó a poner en aprietos a guardameta local.

El Sanse dio un pequeño paso adelante aunque los txuribeltz vivieron cómodos durante largos tramos del acto inicial. Los balones largos a la espalda de los centrales unionistas y las faltas laterales botadas milimétricamente por Navarro fueron el principal argumento ofensivo de los donostiarras, que lucieron este sábado una equipación curiosa. Pantalón rojo y camiseta negra.

A Xabi Alonso no le debió gustar demasiado la puesta en escena de los suyos en los primeros cuarenta y cinco minutos y dio entrada tras el descanso a Lobete y Veiga por Jiménez y Turrientes.

Los cambios sentaron bien a los potrillos. No hubo que esperar demasiado tras el paso por vestuarios para intuir que el signo de la cita había cambiado. La referencia de Lobete en punta y el empuje de Alkain reactivaron a un equipo visitante que encerró a los fronterizos tras el intermedio.

Zulaika estaba casi obligado a mover ficha y respondió al movimiento realista en el 60. La apuesta no le pudo salir mejor porque dos de los hombres que ingresaron en el césped fueron los artífices del 2-0 ocho minutos después.

Rivero lanzó la contra, Galán rompió la adelantada zaga de la Real con un pase perfecto a Thior y el oriotarra hizo el resto ajusticiando a su excompañeros desde la banda. La jugada parecía más propicia para un centro pero el extremo sorprendió con un trallazo que se coló por la escuadra de Ceberio. Fue un auténtico golazo, pero todavía quedaba uno mejor.

El envite pareció ponerse cuesta abajo para los de blanco y negro con ese 2-0 pero la Real B siguió a lo suyo y no tardó en recortar distancias. Fue en el minuto 75. Un centro a pierna cambiada de Alkain desde la derecha y el toque de Olasagasti en el segundo palo tuvieron la culpa de que el choque ganase en emoción.

Quedaron veinte minutos y el Real Unión se entregó definitivamente al arte de defender montando una línea de cinco atrás tras la entrada de Theo Lucbert. Fue un asedio sin que la Real B gozase de grandes ocasiones pero a esas alturas los locales solamente estaban centrados en achicar balones casi de cualquier forma. Lo normal con un 2-1 hubiese sido que el descuento se convirtiese en una pequeña pesadilla para el Real Unión pero la expulsión de Olasagasti restó algo de peligro al filial txuri-urdin.

El segundo derbi de la temporada quedó visto para sentencia con un golazo antológico de Borja Viguera desde cuarenta metros. El riojano bajó el balón al piso y sin pensárselo enganchó un disparo que pilló algo adelantado a Ceberio. Si no tuvieron la suerte de verlo, busquen hoy la repetición.

Fue la rúbrica perfecta para un conjunto irundarra que dormirá una jornada más en segunda posición. El Sanse lo hará cuarto pero a la lucha por conseguir uno de los billetes que permitirían disputar la fase de ascenso todavía le quedan cinco entregas. Los de Zulaika recibirán la semana que viene a otro gallo, el Amorebieta, y el Sanse volverá a Zubieta para enfrentarse al Arenas.