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Un árbitro de la Tercera División Nacional de fútbol sala sufrió un intento de agresión el sábado pasado en Tolosa y terminó el encuentro con ... su camiseta destrozada en la zona de uno de los bolsillos de la pechera, víctima de las iras de un portero expulsado a cinco minutos del final. Todo sucedió en el encuentro entre el Tolosala A.F.K.E y el UFS Usansolo, en el polideportivo Usabal de Tolosa. En el minuto 35, el portero visitante E. R. fue expulsado por doble amarilla y al final de un partido que acabó con el resultado de 7-2, el cancerbero que tuvo que abandonar prematuramente el duelo se dirigió hacia los colegiados y agarró con violencia la camiseta de uno de ellos, Faissal Sobai. No le produjo más lesiones que un corte en el labio gracias a que su compañero, Guillermo Miguel, pudo auxiliarle y empujarle hacia atrás para evitar males mayores.
Pese al mal momento sufrido y la tensión propia de un conato de agresión como éste, el colegiado no va a denunciar a este portero y será el juez único de competición de la Federación Vasca de Fútbol el que decida qué sanción imponer al agresor. «Si no se ponen sanciones ejemplares, si no se hace algo, esto sale muy barato», denuncia Dani Dos Anjos, portavoz del Comité Técnico de Árbitros de Gipuzkoa de Fútbol Sala y colegiado en activo.
Hay un precedente en este sentido que espera que no sirva como ejemplo. Sucedió hace dos años en Pasai Donibane. Un colegiado alavés fue agredido durante el partido, empujado y tirado al suelo por un jugador que al final sólo fue castigado con cinco encuentros de suspensión, ya que su acción no fue catalogada como «sanción». Y es que ese partido, pese a todo, continuó y esto provocó que lo acaecido se considerara como más leve, pese a que el árbitro estaba muy afectado. Sólo si se cataloga como agresión, la sanción supera los 12 encuentros.
Dani tuvo ocasión de hablar el mismo sábado con Faissal y éste se encuentra entero: «Al final, la semana que viene tiene que pitar otro partido y ya somos mayores, no es un chaval de 20 años que acaba de empezar», dice. «Menos mal que el compañero pudo ayudarle, si le llega a dar ese hombre que era el doble de él, no sé qué habría pasado», denuncian desde CoGAFS.
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