La Euskal Selekzioa gana a Chile con goles de Ane Miren, Eizagirre y Amaiur

El público pedía la vuelta de la tricolor y más de 2.000 espectadores respondieron en el estadio de Mendizorroza. También hubo amplia presencia de fieles chilenos. Para ellos fue la cruz. Arrollados por el talento y desparpajo de las vascas. El suyo fue un fútbol sin complejos, contundente en defensa, fluido en el centro del campo y, sobre todo, feroz en ataque. Con unas jugadoras así, el resultado solo puede ser un partido rotundo como el de este martes.

El inicio repondía a la fidelidad de los presentes. Ambos equipos plantearon un fútbol enérgico, con ritmo, mucho más propio de un encuentro oficial que de un amistoso. Eso sí, de primeras, pocas ocasiones. El balón era para la Euskal Selekzioa, pero se sostenía bien en su plan de partido: defender bien, sin problemas por hacerlo dentro del área, y buscar la salida al contragolpe. Aunque apenas pudo hacerlo en el arranque.

La Euskal Selekzioa encontró algo de picante llegado el cuarto de hora. Un tiro flojo de Nerea Eizagirre a las manos de la portera chilena y un centro envenenado que Jone Ibáñez no pudo transformar fueron las dos únicas ocasiones de peligro de la primera mitad. Porque ese doble acercamiento dio paso a minutos de pausa. Menos ritmo y más fútbol horizontal. Un tiro lejano de la visitante Olivares, otro aún más remoto de Ane Etxezarreta y poco más. A la Euskal Selekzioa le costaba superar líneas, aunque el plan estaba claro: aprovechar la velocidad y el olfato goleador de las puntas de la Real Sociedad Cecilia y Amaiur y la libertad de Eizagirre por dentro. En punta, el trabajo incansable de Sanadri para picar piedra en busca del hueco.

La insistencia ofensiva tuvo sus frutos al borde del descanso. Nerea Eizagirre aprovechó la audacia de Gaste, quien sacó rápido de banda, para correr y buscar la mejor opción. La encontró en Sanadri. Una mirada, rápida pared entre ambas y remate por bajo de la delantera de la Real Sociedad para poner el primero en el marcador. La capitana txuri-urdin dio continuidad a su buen estado de forma bajo las órdenes de Natalia Arroyo también en la selección.

Ahí ya no tuvo tiempo de llegar la zaga visitante. El gol impulsó a las vascas, aunque el descanso dejó el empuje en fogonazo. Pese a ello, de nuevo Eizagirre estuvo cerca de marcar el segundo con un disparo desde fuera del área que acabó estrellado en el palo.

Con el descanso llegó el diluvio y el partido se empantanó. A favor de la Euskal Selekzioa, pero sin el ritmo del tramo final de la primera parte. Tocaba volver a acelerar, aunque le costó. Para la hora de juego, apenas quedaba un disparo de Nerea Eizagirre sin excesivo peligro. Los cambios, más con el objetivo de repartir los minutos que de alterar la pizarra, sí que aportaron oxígeno a un equipo vasco cómodo en un rol algo más reactivo. Chile quiso ser más protagonista y la Euskal Selekzioa se lo permitió. Con calma y sin encerrarse. A la espera de lanzarse a la contra y presionar la salida visitante.

Amaiur estuvo cerca del segundo en el 69, pero se escoró demasiado y su disparo acabó topando con una chilena. Más fácil lo tuvo un minuto después. Nerea Nevado, este martes lateral pero con espíritu de extremo, se lanzó a presionar al borde del área rival un balón impregnado de dudas. Robó con éxito y puso un balón que Amaiur no perdonó y anotó el segundo a placer. Un escenario, ya sí, tranquilo. Para terminar de disfrutar una fiesta que siempre estuvo teñida por los colores vascos.

A Chile solo le quedaba apretar arriba. Y dejar más huecos. Letales para jugadoras como Maitane Vilariño y Ane Miren. Extremos de banda, desborde y verticalidad. El escenario era el paraíso para ellas. La albiazul apenas llevaba unos segundos en el campo tras la última batería de cambios. Ahí se lanzaron ambas a por la puntilla. Vilariño atrapó un balón largo y se lanzó a correr. Al otro lado, Ane Miren seguía el esprint para colocarse a unos metros de la portería y marcar el tercero.

A Chile no le quedó más que algún tímido acercamiento, sobre todo a balón parado. La Euskal Selekzioa no lo permitió. A Chile no le quedó más que algún tímido acercamiento, sobre todo a balón parado. No era el día para conceder ni siquiera las migajas. Solo había ganas de disfrutar y celebrar la comunión entre grada y jugadoras.