La amenaza de la Superliga embarra la nueva Ley del Deporte
Hoy se vota en comisión el proyecto de ley sin las enmiendas de PP y PSOE y con la posibilidad de que los clubes anuncien un parón el jueves
El ambiente del fútbol profesional se ha enrarecido en las últimas semanas a raíz del proyecto de Ley del Deporte que tiene pensado aprobar ... el Gobierno con el objetivo de actualizar la actual legislación, que data de 1990. La controversia ha surgido con motivo de las enmiendas que acompañaban a dicho anteproyecto de ley y que han sido retiradas por el PP y el PSOE.
Dichos arreglos fueron consensuados por LaLiga junto con los dos grupos políticos con el ánimo de salvaguardar el modelo de la competición de fútbol profesional actual y protegerla ante la amenaza de competiciones supranacionales como la Superliga. Las supuestas presiones ejercidas por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, principal promotor de este torneo continental, estarían detrás de este cambio de posicionamiento. El presidente de la patronal, Javier Tebas, se ha encargado de recordar los últimos días que «son 39 los clubes que quieren seguridad jurídica para seguir creciendo, son 39 clubes los que no entienden que por la presión de uno se modifique lo acordado». Son 42 los clubes que componen la Liga de Fútbol Profesional entre Primera y Segunda. Barcelona y Athletic son los otros dos clubes que se han alineado del lado de la entidad madridista.
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Hoy se votará en comisión parlamentaria el proyecto de ley y según el texto final que adquiera la iniciativa no se descarta que el jueves, durante la Asamblea Extraordinaria de LaLiga, los clubes se planten y anuncien un parón. De momento no se han pronunciado públicamente sobre la posibilidad real de huelga y se han decantado por la vía del diálogo con el fin de acercar posturas. La semana pasada se reunieron con el ministro Míquel Iceta para tratar el asunto.
A pesar del carácter general de este anteproyecto de ley, son las competiciones profesionales de fútbol, tanto masculino como femenino, y baloncesto las que mayor preocupación han mostrado ante la inseguridad jurídica que plantearía. Otras ligas profesionales como la de balonmano (Asobal) y fútbol sala (LNFS) también han mostrado su rechazo a la retirada de las enmiendas, aunque viven realidades muy diferentes.
Guerra de competencias. Quién se encarga de decidir sobre los horarios, de imponer las sanciones, elegir a los árbitros... Tebas pretende un empoderamiento en las funciones de LaLiga, demanda que no ve correspondida con esta nueva ley. Hasta ahora ha sido la Federación quien se ha encargado de dirimir algunas cuestiones (árbitros, sanciones...) y otras la LaLiga (horarios), lo que ha generado enconados enfrentamientos entre ambos órganos, por ejemplo en relación a la celebración de partidos los viernes y los lunes.
No son pocas las voces que reclaman que LaLiga debería responsabilizarse de todo lo que concierne a las competiciones profesionales, mientras que la FEF debería hacerlo de los campeonatos no profesionales. Es un capítulo más de la perpetua guerra que viven los dos máximos responsables del fútbol estatal: Rubiales y Tebas.
Comercialización de los activos. El control del modelo de negocio en lo que atañe a los patrocinios, acuerdos publicitarios e inversiones es otro de los puntos calientes del conflicto. LaLiga no tiene la certeza de que pueda seguir manteniendo la suficiente autonomía para poder trabajar como hasta ahora. Hay que recordar en este sentido el acuerdo alcanzado con el fondo CVC por el cual los clubes adscritos al pacto se repartirán 2.700 millones a cambio del 8,2% de los beneficios que genere la comercialización de la competición durante los próximos 50 años. Rubiales tachó de «ilegal» este acuerdo.
Superliga. Es el punto clave de todo el conflicto. El temor a la creación de esta competición continental es palpable entre la gran mayoría de los clubes. Tebas también tiene la certeza de que su producto se devaluaría con el nacimiento este torneo y por eso quiere que sea el mismo Gobierno quien dicte una ley que otorgue la capacidad de excluir de la competición liguera a Real Madrid, Barcelona, o a cualquier otro club que decidiese jugar la Superliga. Rubiales también rechaza esta competición, pero evita compartir la misma trinchera que Tebas. Además, para echar más leña al fuego, ya ha avisado que «el parón patronal está prohibido por la Constitución». Ya se oyen los tambores de guerra.
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