Los Juegos cierran el círculo de Irene
La legazpiarra cumplirá el hito que le quedaba en su extenso currículum deportivo al participar en la cita olímpica de París. «Es una motivación», dice
Es lo único que le quedaba en su currículum. Irene Paredes (Legazpi, 1991) ha ganado ligas –con el Athletic, el PSG y el Barcelona–, ... una Champions y un Mundial. Desde el viernes por la noche sabe que en julio tiene una cita en París. Le esperan los Juegos Olímpicos, la cima para una deportista antes que futbolista. Porque la guipuzcoana es hoy una de las mejores futbolistas del mundo, seguramente la mejor central, pero antes practicó deportes con mucho más poso en el programa olímpico que el fútbol. Hizo judo, logró el cinturón azul-marrón, y también atletismo en el Goierri Garaia. «Me decanté por el fútbol porque entendía que si no me salía bien siempre iba a poder volver al tartán», confesaba en este periódico. Así que para una deportista como ella, participar en los Juegos Olímpicos es como dice «un sueño cumplido, algo en lo que podía pensar cuando practicaba otros deportes que no eran fútbol». Será la primera vez que el equipo femenino de fútbol forme parte de la delegación del COE.
Solo una lesión que nadie desea impediría a la legazpiarra estar en París porque es la capitana, una de las tres futbolistas con más internacionalidades en la historia de la selección española –Alexia Putellas (113 partidos), Jenni Hermoso (110) e Irene Paredes (101)–, y por tanto una de las fijas en la lista de Tomé.
Está por ver si es o no la única guipuzcoana. La zumarragarra de la Real, Elene Lete, y la donostiarra Amaiur Sarriegi también tienen sus opciones. La primera es la tercera guardameta en la selección, una de las que ha sellado el pase a los Juegos en Sevilla, mientras la atacante estará bien considerada a nada que le respeten las lesiones. Ambas lo tienen difícil porque la lista definitiva quedará reducida a 18 jugadoras y no todas las que habitualmente van con la selección estarán en los Juegos.
Gen olímpico en la familia
Estudiante de INEF y formada en inteligencia emocional, para Paredes «estar en París es una motivación enorme». Supondrá un hito más en su fructífera carrera deportiva y de alguna forma también supondrá una alegría familiar para su pareja, la vizcaína Lucía Ibarra. Ella, exjugadora internacional de hockey hierba, conoció el lado más amargo del deporte cuando se quedó fuera de la última convocatoria que llevó España a los Juegos de Río de Janeiro. Aquello le hizo abandonar el deporte. Su gemela Lucía participó en tres Juegos. París, la ciudad en la que Irene ha sido feliz coincidiendo con su etapa en el PSG, en el que jugó cinco temporadas, cicatrizará esa herida. Mateo, el hijo que han tenido en pareja, será testigo de este reencuentro con el olimpismo.
«Participar en los Juegos es un sueño, algo en lo que podría pensar cuando practicaba otros deportes que no eran fútbol»
El camino no ha sido fácil. Ahora todo son alabanzas pero también ha habido momentos complicados. «Me hubiese gustado que desde el primer momento hubiésemos tenido los recursos humanos y materiales para dedicarnos únicamente al fútbol. Pero no ha sido así, por eso hemos ido haciendo lo que hemos podido», admitía recientemente al echar la vista atrás.
Seis meses y cuatro días han pasado desde que España se puso la estrella en el escudo al coronarse como campeona del mundo y sueña ahora con los aros olímpicos, alcanzando entre medias la cima del ranking FIFA. Hasta alcanzar este dulce momento, que puede tener su colofón el miércoles en la final de la Nations League que se jugará ante Francia en La Cartuja a partir de las 19 horas, la jugadora del Barcelona las ha visto de todos los colores en la selección.
Llegó a la absoluta cuando el vestuario sufría a un Ignacio Quereda atornillado al banquillo de seleccionador y por tanto es una superviviente de aquel equipo, junto a Alexia Putellas y Jenni Hermoso, el corazón de la selección de hoy, las 'dinosaurias', el núcleo duro que levantó la voz contra el exseleccionador Jorge Vilda.
Fue el 23 de septiembre de 2022 cuando estalló el caso de 'Las 15' de la selección. La guipuzcoana, quien no formaba parte de aquel grupo, pero si apoyaba a sus compañeras, fue acusada como 'la cabecilla' de la rebelión. A partir de entonces, dejó de formar parte de las convocatorias de Vilda. Hasta ese momento había sido una fija, pero dejó de contar para el seleccionador y se perdió la Eurocopa de 2022.
Siete meses después, en marzo del año pasado, volvió a una lista. Fue la última antes del Mundial para los amistosos ante Noruega y China. No se dio ninguna explicación acerca de su ausencia. De pronto todo volvió a la normalidad. La decisión fue acertada porque tras ella llegaron otras hasta conseguir su primer título mundial. «La gente que no lo quiso entender en ese momento seguirá sin entenderlo. Pero nosotras solo hemos reclamado poder ejercer nuestro trabajo y una disciplina profesional con todo lo que eso engloba. Y dentro de esas cosas hay muchísimos detalles, y para esos muchísimos detalles hay mucha gente en la federación y confiamos en que se vayan dando», explicaba. En ese camino anda. París espera a esta luchadora generación abanderada por una legazpiarra.
Todavía quedan cinco billetes olímpicos por repartir
España es la séptima selección junto a Francia, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Canadá y Nueva Zelanda. Todas ya tienen el billete. Todavía quedan cinco más porque serán doce los aspirantes a la medalla de oro. UEFA aún tiene por resolver una plaza olímpica, que saldrá del partido por el tercer y cuarto puesto de la Nations League que enfrentará el miércoles (20.45 horas) a Países Bajos y Alemania en el Abe Lenstra Stadion de Heerenveen. La confederación asiática (AFC) tiene dos plazas que repartir, que saldrán de las semifinales que se disputan en esta ventana internacional (Uzbekistán-Australia y Corea del Norte-Japón) y la confederación africana (CAF) también asigna dos plazas aún vacantes, pues su torneo dilucidará en esta ventana los cuartos de final con las siguientes eliminatorias a ida y vuelta: Ghana-Zambia, Túnez-Marruecos, Camerún-Nigeria y Tanzania-Sudáfrica.
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