LE SALVÓ LA CAMPANA

La polémica está servida. Muchísima gente, sobre todo en el pelotón, está en contra de maniobra del Movistar. Me atrevo a decir que incluso dentro del equipo había algunos que tiraban con más interés que otros después de recibir la orden desde el coche. Todo se paró cuando los comisarios decidieron no hacer 'barrage'. El reglamento no especifica cuándo se debe hacer, pero sí prohíbe de forma clara ir detrás del vehículo de tu equipo. No lo aplicaron. Sin la fila de coches, Roglic y compañía no entran.

El criterio para hacer 'barrage' suele ser que si hay avería no se cortan los coches y si alguien se descuelga, sí. No es lo mismo una avería que no tener fuerzas.

El líder se salvo por la campana, porque la caída fue justo antes del puente. Si no, quizá se le habría escapado la Vuelta. Habría sido un accidente de carrera. Como no se había lanzado la carrera, creo que estaban obligados a cumplir una ley no escrita. Y luego está lo de siempre. No es lo mismo Pepe que Juan. No es lo mismo que se caiga el líder que se vaya al suelo un ciclista modesto.

Y la norma no la aplican siempre igual. En la famosa etapa de Eddy Merckx en Tour de 1969, más de medio pelotón subimos el Aubisque agarrados a todo lo que se movía. Gracias a eso pudimos acabar la etapa. Si no, todavía estamos por allí buscando hongos, que es buena zona. Nos multaron con diez francos a cada uno. Y, sin embargo, al día siguiente, por ir agarrados al coche diez metros expulsaron del Tour a alguno. La ley se aplica como conviene. A veces hay casos indiscutibles, como aquella vez que el helicóptero de la tele cazó a Nibali en una Vuelta agarrado al coche de su equipo adelantando a un montón de corredores durante un tramo largo. No tenía forma de librarse y fue expulsado de la carrera.

No me quiero olvidar de Cavagna, que logró una victoria impresionante. Se ve que el Deceuninck no tenía tanta confianza en Gilbert y el joven se encargó de hacer el trabajo. Hicieron primero, tercero y cuarto, pero si no es por Cavagna, el segundo, Sam Bennet, se lleva el gato al agua.

Se anuncia lluvia y ayer me dio la sensación de que Roglic reaccionaba bastante tarde, primero tras la caída y luego, en un segundo corte. Ojalá no tenga secuelas del golpe, que a veces salen al día siguiente. En la caída, vi a mucha gente muy tranquila, cuando el primer mandamiento del ciclista en esas situaciones es levantarte lo más rápido posible.

Hoy se pasa Serranillos. Del mismo modo que yo tengo el recuerdo de la Vuelta que perdí en Anoeta por 14 segundos en 1975, el amigo Gorospe el recuerdo que tendrá será el de Serranillos, cuando Hinault le ganó la Vuelta en 1983. Duele más perderla el último día como yo, aunque para cada uno lo peor será lo suyo.