Esperaba mucho más de Picón Blanco. Sin embargo, imperó el respeto, lo cual no impidió ver al límite a muchos corredores, con Richard Carapaz al ... frente. Tengo la impresión de que algunos piensan más como ET que en la Vuelta. Ya conocen aquella famosa frase de 'mi casa'. Salvo giro brusco, Ineos pierde una pieza de su engranaje.
Sin hacer nada especial, los hombres fuertes de la carrera llegaron a menos de dos minutos de Taaramae, el mejor de una fuga que llegó a disponer de nueve minutos de ventaja. A nada que hubieran apretado atrás, les habrían cazado. ¿El beneficiado? Roglic. El Intermarché va a defender el liderato del estonio todos los días que pueda, lo que descargará de trabajo, al menos en parte, a un Jumbo que me deja dudas. Ningún compañero del jefe de filas terminó entre los cuarenta primeros de la etapa. Y eso sin dar ninguna pedalada de más antes de llegar al pie de la última ascensión.
El final era duro, pero exigía arriesgar. El viento de cara, la indecisión y la administración de esfuerzos influyen. Bahrain se puso al frente del pelotón para imponer el ritmo... de Mikel Landa. Creo que atacar no figuraba en sus planes. Necesita tiempo el escalador de Murgia.
De todas maneras, habrá que esperar bastante para ver la siguiente etapa de montaña. Llegará en la octava. Mientras, predominarán las jornadas propicias para el sprint y los aspirantes a la general deberán centrarse en evitar accidentes y pérdidas tontas de tiempo.
Decepcionó Picón Blanco, que abre un escenario que entraba seguramente en los planes de Roglic. Aunque sea bonito controlar la carrera desde el primer día, hace falta mucha entereza del equipo para llevar a cabo un plan de esas dimensiones. Estamos a final de temporada, los kilómetros pesan en las piernas de muchos y el cansancio comienza a dejarse sentir.
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