Un podio justo

Después de tres semanas, todos los segundos son significativos. Ayer, cedió un poco Roglic al final y si hubiera sido un puerto más duro o un final más complicado quizá habría pasado un mal rato. No ha mostrado fisuras, pero siempre hay riesgo de que pase algo hasta el último metro.

Uno de los más regulares ha sido Valverde, sin olvidarme de Pogacar. La presencia de los jóvenes este año ha sido llamativa, con Higuita, Van der Poel o el ganador de la Clásica de San Sebastián, Evenepoel. Fuera de aquí, el futuro está asegurado. Donde está más difícil es en el ciclismo de aquí.

La etapa con mal tiempo, con bajas temperaturas, hizo estragos. Habría sido más grave con un final más duro. Fuglsang, por ejemplo, lo ha dado todo por su líder, pero al final todo el mundo llegó muy justo.

El más valiente fue Pogacar. Superman y el Astana lucharon lo indecible, hasta que al final ya no podían más. El colombiano ha sido el que más se ha movido y el que más ha atacado a lo largo de toda la carrera, y ayer fue también el que más lo intentó en la primera parte de la etapa. Pero sus intentonas no cuajaron.

En la subida final, le daba lo mismo ser cuarto o quinto en la general y le dejó el trabajo de perseguir a Pogacar a Movistar, que más vale que tenía a Pedrero y Soler, porque si tiene que trabajar Quintana no sé qué habría pasado. Me parece que Valverde llegó muy entero al final.

No había más fuerzas y el Movistar no pudo recortar más la diferencia y cumplir el sueño último -el primero era ganar la Vuelta- de rodear a Roglic en el podio. La cosa cambió y en vez de dos del Movistar habrá dos eslovenos y un Valverde con mucho mérito.

Alguno se habrá encargado de preparar el cava para la etapa de hoy. Si al llegar a París nos gustaba cantar 'Oh Champs Elysées, Champs Elysées', hoy tendrán que cantar 'La puerta de Alcalá'.