No solo gustan las etapas de montaña. Gracias a la información que da la televisión y apoyado en las referencias, disfruté con la contrarreloj de ... ayer. Hoy en día, además, internet y el teléfono móvil permiten seguir con datos de primera mano las cronos, incluso mientras ves pasar a los ciclistas en el propio recorrido. Los tiempos cambian. En eso y en otras cosas.
Me caen simpáticos Roglic y Carapaz, ambos. No acabo de tomar partido por ninguno de los dos. La crono discurrió igualada en el largo tramo llano y las mayores diferencias se registraron en la ascensión final al Mirador de Ézaro. El esloveno, además de ganar la etapa, luce en la general la mayor ventaja de la que ha dispuesto desde que comenzó la Vuelta, en la que sucede algo curioso. Empezamos con dos grandes favoritos, los ya citados. Aunque lo habitual es que ese número se reduzca a uno según avanza la prueba, en este caso el número de candidatos no solo se mantiene, sino que ha aumentado a tres gracias a la convincente irrupción de Hugh Carthy, tercero en discordia.
Quedan etapas y la meteorología puede influir. Anuncian mal tiempo. Estamos en Galicia y es noviembre. La lluvia y el frío perjudican más a unos que a otros. A Carapaz le queda también La Covatilla y está a solo 39 segundos de Roglic. Jumbo-Visma ha demostrado fortaleza, pero cada día que pasa va a resultar más complicado mantener un ritmo alto desde salida y llegar con hombres al final. El ecuatoriano necesita ir en busca de la victoria de etapa para sacar ventaja y aumentarla gracias a la bonificación.
Los cambios de bicicleta en la crono dan oportunidad para pensar. Me extrañó que Enric Mas lo hiciera fuera de la zona establecida por la organización para ese menester. Aprovecharon un terreno más duro para perder menos tiempo. No sé si habrá sanción, pero le sirvió de bien poco.
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