Un trabajo de cuatro millones y medio
18ª etapa Méribel - La Roche-sur-Foron (167,5 km.) ·
Kwiatkowski y Carapaz dan al Ineos un triunfo balsámico para iniciar su reconstrucción,el día que Landa sube al quinto puestoEl Ineos regresa a su cuartel general de Manchester, donde debe diseñar su reconstrucción, con una victoria lujosa, reluciente, la que le permiten sus ... medios ilimitados. Una victoria de cuatro millones y medio de euros, la suma de lo que cobran Michal Kwiatkowski y Richard Carapaz, que llegaron abrazados a la meta de La Roche-sur-Foron. Ganó el polaco, el sexto ciclista mejor pagado del mundo (2,5 millones), por delante del ecuatoriano, el noveno (2,1). Para encontrar al líder del Tour, Primoz Roglic (Jumbo), hay que descender al puesto once, con dos millones anuales que no tardarán en crecer de forma exponencial. El esloveno no sufrió el más mínimo rasguño en la última gran etapa de montaña, donde la lucha fue por los puestos de honor, con Mikel Landa (Bahrain) como gran beneficiado, ya que un ataque suyo en Glières descalabró a Rigoberto Urán (EF) y a Adam Yates (Mitchelton). El alavés es quinto en la general.
El Ineos dejó en casa a Chris Froome y a Geraint Thomas, y se la jugó a una carta, la de Egan Bernal. Ninguno de los ganadores de seis de los últimos siete Tours está en carrera tras la retirada del colombiano. Sus sueldos rebasan la barrera de los diez millones (4,5 Froome, 3,5 Thomas y 2,7 Bernal -todas las cifras, según L'Equipe-), y aún así el equipo inglés mandó al ataque a ciclistas de la categoría y el caché de Kwiatkowski y Carapaz.
Una etapa no colma las aspiraciones del equipo que ha dominado el ciclismo durante la última década. Un equipo que ha dominado, pero sobre todo ha definido y ha cambiado las bases de este deporte. Esa ambición transformadora -hay un ciclismo antes del Sky y otro después- vuelve a ponerse a prueba después del repaso que el Jumbo le ha dado en este Tour, a todos los niveles. La reacción ante la derrota de su mánager y cerebro, David Braislford, ha sido ejemplar. No ha salido a la defensiva, recordando que ha ganado seis de los últimos siete Tours y que lecciones, las justas. Por el contrario, ha reconocido que han sido superados y que deben iniciar un proceso de reconstrucción, buscar algo diferente para volver a ganar. Que la sucesión simple de líderes (Wiggins-Froome-Thomas-Bernal) no es algo que funcione de forma automática, natural, y que hay que repensarlo todo desde el principio. Sin duda, una postura estimulante que, si logra lo que pretende, volverá a hacer avanzar a todo el ciclismo.
Con ciclistas como Kwiatkowski y Carapaz, claro, es más fácil reponerse del golpe con una victoria. Pero es probable que el nuevo equipo Ineos que surja de esta fenomenal crisis gramsciana en la que lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no termina de nacer presente grandes cambios. Cuentan con los fondos necesarios para dar altas y bajas con precisión quirúrgica. Y con el formidable estímulo de tener enfrente la mayor oposición que el equipo ha encontrado en toda su historia, la del Jumbo.
Roglic, intocable
La última etapa alpina superaba el terrible Montée du plateau des Glières, cuya pendiente media es del 11,2% durante seis kilómetros que no bajan del 9,8%. Primoz Roglic no se vio amenazado. Es intocable y solo espera a la contrarreloj de mañana para cerrar su triunfo.
No hubo espacio más que para los premios de consolación, y Landa fue el que más partido sacó a la etapa. Distanció a los dos ciclistas que le precedían y es quinto en una posición bastante sólida que le podría bastar para acabar así en París, si hace valer en la crono los 49 segundos que saca a Enric Mas (Movistar), que está terminando fuerte.
Miguel Ángel López (Astana) confirmó que es un tercer clasificado seguro, con lo que dará un paso más en su crecimiento, con podios en las tres grandes, tras ser también tercero en el Giro y la Vuelta de hace dos años.
El diseño de la etapa fue el mismo de todos los días, con un Jumbo dominador. Si el Ineos necesita poner en liza a un excampeón del mundo y al ganador en ejercicio del Giro de Italia para anotarse una etapa, es que la exigencia está a esa altura. A Brailsford, además, no se le escapa que Remco Evenepoel (Deceuninck) no ha estado en este Tour. Hay muchas cosas en qué pensar en el velódromo de Manchester.
Noticia Relacionada
Una etapa para los 'sprinters' en medio de la montaña
Conviene atender cuando se ponen a planificar en esos despachos. Un día de 2009 salieron de allí con una montaña de billetes y diciendo que creaban un equipo para ganar el Tour con un ciclista británico en un plazo de cinco años. Era el mayor disparate de la historia del ciclismo, rica en descalabros de todo tipo. ¿Un inglés ganando el Tour? ¿Pero hay algún inglés que sepa andar en bici?
Bradley Wiggins ganó en París en 2012. Y, después, todo lo demás. Roglic ganará en 2020 pero el futuro se presenta lleno de apasionantes incógnitas. Mientras se les ocurre algo, se dieron el gustazo de gastarse cuatro millones y medio en ganar una etapa.
La caída de Hirschi allanó el camino alos ciclistas del Ineos
Una de las sensaciones del Tour, Marc Hirschi (Sunweb), sufrió una caída cuando iba en el grupo de cabeza en el descenso del Cormet de Roselend. El accidente del suizo allanó el camino a los dos Ineos, que realizaron una gran etapa. Hirschi explicó que «era una curva a la izquierda, entré demasiado rápido y se me fue la bici. Una pena, porque había sumado puntos para la clasificación de la montaña. No sé si habría ganado, pero iba bien después de la caída. Kwiatkowski estaba muy fuerte en la escapada, así que no sé si habría tenido las piernas para batirles a él y a Carapaz en meta. Lo di todo para cazarles y reduje la ventaja, pero después fui a menos y exploté en la última subida». Ganó la combatividad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión