Siempre nos quedará la Fórmula Uno
Tour de Francia ·
La calidad deportiva de las etapas danesas no ha estado a la altura de la lección cívica brindada por la afición escandinava.El conocido 'Siempre nos quedará París' bien pudimos cambiarlo esta vez por el 'Siempre nos quedará la Fórmula Uno'. La última etapa antes del traslado ... al norte de Francia no dio mucho de sí, salvo el sprint. Demasiado tiempo de espera sin ver nada interesante. Jornada sosita. Menos mal que la televisión ofrece la oportunidad de cambiar de canal. Me entretuvo más el circuito de Silverstone.
El ciclista local Magnus Cort Nielsen brindó una despedida emocionante del Tour a Dinamarca con una escapada en solitario de 150 kilómetros entre un pasillo humano. Increíble la cantidad de gente en todo el recorrido. Me vino a la memoria la salida del Tour de 2014 desde tierras inglesas, con todas las cuneta repletas de público. La afición danesa no solo me ha impresionado por el número. Ha dado una muestra de civismo y ha demostrado que es posible animar a los ciclistas sin poner en peligro su integridad en momento alguno. Nos ha dado una lección a todos.
El sprint, con la victoria de Gronewegen por centímetros, fue lo único interesante de verdad. Me atrevo a decir que Morkov lanzó bien a Jakobsen, quien esta vez no calculó bien la distancia y arrancó demasiado pronto. Caleb Ewan y Peter Sagan volvieron a quedarse medio encerrados y el otro holandés encontró un hueco por el centro.
Tercera etapa y tercer segundo puesto de Van Aert, que conserva el maillot amarillo. Los tres días ha rozado la victoria. Terminó a cinco segundos la crono inicial y a un palmo en las dos llegadas masivas. Ayer, incluso, pasó en segundo lugar uno de los sprints bonificados, en cabeza de pelotón pero detrás del fugado Cort Nielsen. Aunque no teníamos al belga por un velocista puro, está a diario junto a todos los mejores sprinters del pelotón. A este paso, va a dejar resuelta la clasificación de los puntos a las primeras de cambio y podrá dedicarse a otros menesteres en el seno del equipo Jumbo.
Quienes leen mis artículos de opinión ya saben que soy contrario a introducir etapas de pavés en el Tour de Francia. Sin embargo, la carrera avanza tan aburrida que estoy deseando que aparezcan los adoquines, anunciados para el miércoles. No creo que exista un pacto de no agresión. Me inclino a pensar más en intereses comunes, sobre todo de los equipos fuertes, para llevar controlada y sin sobresaltos la carrera. Todos los favoritos tienen poco que ganar y mucho que perder estos días.
Acaba de empezar el Tour y llega el primer día de descanso, necesario para llegar a Francia. No es lo más agradable, pero guardo un gran recuerdo de un traslado del que disfruté como ciclista en una Vuelta a España. Fuimos a Palma de Mallorca en un barco llamado Cabo de San Sebastián en el que además se alojó todo el pelotón. Era nuestro hotel. Mi camarote era para cuatro y lo ocupábamos dos. Sobraba espacio.
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