No era etapa para esperar movimientos de los hombres de la general, sino más propicia para las escapadas. Vimos una interesante pugna por la victoria ... de etapa, y punto. Poquito más. Un estiramiento al final a cargo del UAE con De la Cruz, que seleccionó el grupo de los candidatos al amarillo y al podio en los Campos Elíseos, una arrancada de Pogacar y el ataque de Miguel Ángel López a pocos metros de la línea de meta. Roglic, muy pendiente de su paisano, pegado a su rueda. Por fortuna, lo mejor está por llegar. Estoy convencido de ello.
Una vez filtrado en la fuga, el favorito aparente para el triunfo de etapa en Villard-de-Lans era Alaphilippe. Sin embargo, Carapaz se encargó de fundir al francés. Ahora bien, el ecuatoriano se quedó sin recompensa, ya que fue Kämna, segundo en Puy Mary detrás de un gran Daniel Martínez, quien alzó los brazos en la primera jornada alpina. Su jefe de filas, Sagan, ha fallado en este Tour a pesar de que el equipo, Bora, le ha funcionado de maravilla. No tiene motivo de queja.
Curioso lo de Alaphilippe, al que veo desmejorado desde que comenzó la prueba en Niza. Aunque la mayoría de los participantes firmaría ganar una etapa y llevar varios días el maillot amarillo, como él, la figura del Deceuninck no es ni la sombra del que conocemos. Tiene chispa, pero le dura poco.
Soy de los pocos que apuesta por Bernal para la victoria en la durísima etapa de hoy. Que perjudique o beneficie a alguien es otra cuestión. El escarabajo no regresará a Colombia sin intentar salvar su honor y el de su equipo, Ineos. Antes de acabar en La Loze pasarán por La Madeleine, que se subió por primera vez en el Tour en 1969. Lo coronó en cabeza Andrés Gandarias. No me canso de escribir que este puerto hors categorie estaba catalogado entonces como de segunda.
La ausencia de positivos por coronavirus es buena para el Tour y tranquilizadora para Giro y Vuelta.
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