El día de San Fermín siempre ha sido especial en el Tour. Lo vivíamos dentro del Banesto y como equipo navarro nunca faltaba el pañuelo ... rojo para disfrutar la etapa con él. Hoy seguro que los biomecánicos prohibirían llevarlo por inadecuado. Digo esto porque he leído que Enric Mas va a llevar una bicicleta Canyon sin la pintura de la marca en las etapas de montaña porque así evita algunos gramos. Estamos rizando demasiado el rizo. Siempre es bueno mejorar y utilizar la tecnología pero no podemos perder cabeza.
La etapa de ayer cumplió el guion esperado: nerviosa como todas las de la primera semana y con un final espectacular. Era demasiado fácil acertar quién iba ganar, pero no por eso hay que quitar mérito a un gran corredor como Van der Poel.
Los tres primeros de la etapa –Van der Poel, Pogacar y Vingegaard– hablan de la diferencia de estos grandes corredores con respecto al resto. No hacen falta puertos de 15 kilómetros ni montañas para que estos corredores marquen esa diferencia.
'Chapeau' por Alpecin. En este inicio de Tour funcionan como equipo y saben sacrificarse unos para otros. El primer día fue Philipsen; ayer le tocaba a Van der Poel. Enhorabuena a su director por saber gestionar a estos talentos. Y es que en un un equipo es importante saber gestionar los egos de estos grandes corredores y el director ha demostrado que sabe hacerlo muy bien.
Gora San Fermín y gora etapas como las de ayer, donde sin un recorrido demasiado exigente pero con subidas cortas y duras el espectáculo es precioso.
Conozco bien la zona de la etapa de hoy de la época de director del equipo Orbea. Atentos al viento y auguro otro día de nervios a priori para esprinters.
Por cierto, gesto muy feo de Jonathan Milan con Girmay en el sprint intermedio. Fue un sprint limpio y Girmay no ha hizo ninguna infracción. La UCI, ahí sí, debería de sancionar este tipo de actitudes.
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