La pareja del Ineos empezó a celebrar la victoria desde tan lejos que llegué a pensar en la cara que se les podía haber quedado ... si sufren una caída entre tanto abrazo. Y al final casi hizo falta la foto-finish para resolver quién era el ganador, porque la distancia entre ambos fue pequeña. El rendimiento de Carapaz en las tres etapas alpinas le hacía acreedor de la victoria de etapa, lo mismo que la labor ayer de Kwiatkowski, quien tuvo a su favor dos elementos a la hora de decantar la balanza a su favor: nunca había ganado una etapa y la entrega demostrada durante muchos años para que compañeros suyos ganaran el Tour. Eso le dio galones a la hora de la decisión. Sembrar es importante para un futuro en el que Carapaz está llamado a ser protagonista. Le perjudicó al ecuatoriano que Pello Bilbao quedara rezagado, ya que de lo contrario habría tenido que arrancar para descolgar al de Gernika.
Landa soltó ayer el ataque que le faltó la víspera. Por lo menos despegó a Adam Yates y Urán. Siempre es mejor acabar quinto que sexto o séptimo, aunque un Mas en alza es una amenaza para el de Murgia en la contrarreloj. El del Bahrain protagonizó una bonita ascensión.
Notable reacción de Richie Porte a su pinchazo en un momento comprometido. Le benefició el comportamiento de Dumoulin, más o menos justificable. Argumentará Jumbo-Visma el deseo de arropar lo mejor posible al líder. Lógico. La llegada de Van Aert desde atrás le permitió anular la posibilidad de que Pogacar cogiera cuatro segundos de bonificación.
Habrá emoción por el premio de la montaña. Aunque Carapaz tiene poca ventaja sobre Pogacar y Roglic, la contrarreloj de mañana le beneficia. Me explico. Los puntos se repartirán en función del tiempo empleado únicamente en los seis kilómetros de la ascensión a La Planche des Belles Filles. Es lógico pensar que el escalador ecuatoriano guardará fuerzas en el llano para darlo todo en la subida.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión