Final trepidante después de una larga espera en cuanto a kilómetros, lo cual no significa que fuera tediosa. La fuga de seis corredores y la ... clara intención de Bora, el equipo de Sagan, de descolgar al resto de sprinters en los escarpados últimos kilómetros pusieron velocidad a la carrera. Aunque la recompensa a tanto trabajo fue exigua para el eslovaco, estoy convencido de que va a luchar hasta el final por el maillot verde. Sagan no es de los que se rinde.
Tampoco Hirschi. Si camino de Laruns a través de los Pirineos acumuló cien kilómetros de merecimientos para volver de vacío al hotel, veintisiete de exhibición le valieron ayer para que la justicia le devolviera lo que le debía desde el domingo. Es un espectáculo verle rodar. En llano, para arriba, para abajo... Ni que se entrenara a diario por esas carreteras. ¡Vaya determinación a la hora de tomar las curvas! Excelente trabajo el del Sunweb, con tres corredores por delante del pelotón y Benoot, teórica figura del equipo, a disposición completa del suizo.
La justicia fue doble ayer porque se aclara la cuestión de la expulsión de carrera del equipo en el que se produzcan dos positivos por coronavirus. Si en un primer momento las autoridades francesas contemplaban que los casos de la primera jornada de descanso se acumularan para los tests de la segunda, parece que no va a ser así. No se sumarán, lo que supone un alivio para los participantes. Entiendo que es lo más justo.
La etapa pasó por el pueblo de Poulidor, recordado con fotografías y pancartas. Además, terminó en el pueblo del presidente Jacques Chirac, a quien tuve la oportunidad de saludar en una ocasión. No porque me reconociera... En aquella época era alcalde de París y acudió al hotel donde estaba alojado Bernard Hinault. Coincidió que nuestro equipo también se encontraba allí. Chirac saludó primero a Hinault, como era lógico, y después tuvo la deferencia de dirigirse a nosotros.
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