Euskaltel regresa al ciclismo

La llegada de Euskaltel eleva al equipo a una nueva dimensión, ya que se trata de un patrocinio de altos vuelos y el respaldo de una firma que ganó 62 millones de euros en 2019 y prepara su asalto al mercado de telefonía estatal en su conjunto a través de la marca Virgin.

La Fundación milita en la categoría ProTeam, la segunda del ciclismo mundial tras el World Tour. Es una de las formaciones modestas de la división, tras ascender esta temporada desde Continental. La incorporación de Euskaltel le permitirá avanzar y codearse con los equipos punteros de la categoría en la pelea por las invitaciones para las pruebas del World Tour.

Desde su primera comparecencia de pretemporada, los responsables de la Fundación Euskadi, el presidente, Mikel Landa, y el patrono Jesús Ezkurdia, hablaron de que el proyecto tenía garantizado su futuro para «cuatro o cinco años». Este jueves en Bilbao se desvelará la duración del contrato con Euskaltel. En las últimas semanas, distintos representantes del equipo han hablado abiertamente de hacer méritos para correr la Vuelta a España, algo que en principio era casi imposible, ya que la organización había dado señales de que las dos plazas disponibles serían para Caja Rural y Burgos.

La llegada de Euskaltel podría cambiar el escenario, ya que es un hecho relevante, y los responsables de la Fundación Euskadi parecen dispuestos a aprovechar el tirón. No hay fecha anunciada para que la Vuelta dé a conocer sus invitaciones, algo que ya han hecho Tour (Arkea y B&B Hotels-Vital Concept) y Giro (Androni, Bardiani y Vini Zabù). La ronda italiana tuvo tres plazas disponibles por la renuncia del Total-Direct Energie, pero los franceses correrán la Vuelta así que solo quedarían dos huecos, salvo que se abriera la mano para acoger a los tres equipos estatales.

El regreso de Euskaltel llega en un momento crucial para el ciclismo vasco y sus balizas de funcionamiento. El proyecto de organizar la salida del Tour de Francia de 2023 en Bilbao y tres días de 'Grand Depart' por la geografía del país sobrevuela ya todo lo que tiene que ver con el ciclismo en Euskadi, y esta vuelta de la firma telefónica al maillot naranja resulta coherente con ese esquema.

La proliferación de etapas de la Vuelta a España (organizada por la misma empresa que el Tour), la llegada de la Itzulia a Bilbao con una contrarreloj y algunos otros detalles -el abandono de pruebas locales, como Amorebieta- marcan una misma tendencia y, en este nuevo escenario de unión de fuerzas y voluntades políticas y empresariales, se hace más clara la necesidad de que exista un equipo vasco competitivo. Con el adiós del Euskadi-Murias, a finales del curso pasado, el campo de juego quedó más despejado. Para las instituciones se simplificó la situación.

La Fundación Euskadi cuenta con veinte ciclistas, de los que catorce son vascos. Seis de ellos, guipuzcoanos: Mikel Aristi, Mikel Iturria, Gari Bravo, Julen Irizar, Mikel Alonso y Jokin Aranburu. Los fichajes de dos ciclistas como Juanjo Lobato y Rubén Fernández han dado presencia al equipo en el inicio de temporada, pero la llegada del patrocinio de Euskaltel abrirá el abanico de posibilidades en el mercado del equipo, hasta ahora sostenido fundamentalmente por la aportación de Orbea, con el apoyo de la ropa de Etxeondo.

Dos ciclistas de la plantilla ya corrieron en el Euskaltel-Euskadi: Lobato y Gari Bravo. También lo hicieron el presidente, Landa, y el director, Jorge Azanza.