Las diez noticias clave de la jornada
Alaphilippe supera a Van der Poel, Pogacar, Van Aert (semitapados) y Aranburu ayer en Chiusdino. RCS
Tirreno-Adriático

Alex Aranburu, en la mesa de los campeones

Espectacular quinto puesto para el ezkiotarra en un final para elegidos en Tirreno-Adriático, donde se impone Alaphilippe

Viernes, 12 de marzo 2021

Magnífico desenlace de la segunda etapa de la Tirreno-Adriático en la subida a Chiusdino, una típica colina toscana donde toda la belleza y ... el poder del nuevo ciclismo se dieron cita para un sprint aristocrático. Por supuesto, ganó el campeón del mundo. Julian Alaphilippe (Deceuninck) impuso el maillot arcoíris sobre Mathieu van der Poel (Alpecin), Wout van Aert (Jumbo) y Tadej Pogacar (UAE). El quinto invitado a esa mesa de los campeones fue Alex Aranburu (Astana). Espectacular quinto puesto del ezkiotarra, que cruzó la meta soltando maldiciones porque se veía más adelante. Ese es el nivel que está adquiriendo en su segunda temporada en el World Tour, a los 25 años.

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En la misma provincia de Siena donde el sábado se disputó la Strade Bianche con recital de Van der Poel, ayer el nuevo ciclismo escribió otra página de categoría. Porque si el sprint fue mayestático, para llegar a ese desenlace hubo que deshacer una ofensiva que tuvo miga. Con Mikel Landa (Bahrain), Pavel Sivakov (Ineos) y Joao Almeida (Deceuninck) aún en fuga dentro del kilómetro final y Egan Bernal (Ineos) dando mucha guerra en los kilómetros previos.

Tal es el crecimiento de Alex Aranburu, que fue él quien puso a trabajar a su último doméstico para echar la fuga abajo. Como los líderes. Fabio Felline dio caza a Landa y a Sivakov, pero tuvo que apartarse a 600 metros de meta, demasiado lejos para el golpe final de Aranburu.

Con Almeida, maglia rosa muchos días y sensación del último Giro de Italia, aún por delante, los movimientos del gran ciclismo complicaron la situación del ezkiotarra, que al verse obligado a aguantar tuvo que dejarse rebasar y eso acabó por encerrarle ligeramente. Pero si los cinco que pasan delante son Alaphilippe, Van der Poel, Van Aert y Pogacar, la papeleta es de cuidado.

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Los cuatro grandes del momento afilaban el cuchillo y, cuando calculó que su compañero Almeida no llegaba, Alaphilippe desató la tormenta. Se lanzó a por la victoria con toda su clase y se tomó la revancha con Van der Poel por lo sucedido en la Strade Bianche. Aranburu buscó el hueco para sprintar y alcanzó un quinto puesto muy meritorio.

La etapa tuvo todas las características de las grandes clásicas, entre ellas el kilometraje, ya que se fue por encima de los 200. Aranburu volverá este año a la Milán-San Remo, donde en 2020 fue séptimo y donde dos protagonistas de la jornada de ayer, Alaphilippe y Van Aert, se disputaron el triunfo, favorable al belga en la vía Roma.

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Hoy, tercera etapa, con un terreno sinuoso y otra meta en repecho, aunque menos duro que el de ayer.

Bennett, en París-Niza

Sam Bennett (Deceuninck) ganó la quinta etapa de la París-Niza, con final en Bollène, logrando su segunda victoria al sprint de esta edición. Primoz Roglic (Jumbo) conservó el maillot amarillo de líder pese a una caída. El esloveno se fue al suelo a 37 kilómetros de meta junto a su compañero Tony Martin. El alemán no tuvo tanta suerte como el doble ganador de la Vuelta a España y se vio obligado a abandonar con una lesión en el codo. El alemán Maximilian Schachmann (Bora), segundo en la clasificación general, se hizo con cuatro segundos de bonificación en los dos sprints intermedios, para acercarse a 31 de Roglic.

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Bennett, ya vencedor de la primera etapa, el domingo, superó a Nacer Bouhanni (Arkea) y Pascal Ackermann (Bora). El irlandés logró la 53ª victoria de su carrera. Hoy, la sexta etapa es la más larga de la carrera, con cinco puertos en el recorrido.

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