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Leire Olaberria, con los colores del equipo Fullgas.
Ciclismo | ANOETA 4 ORDUAK

Leire Olaberria, ocho años después

Los organizadores no se han olvidado de las mujeres en las Anoeta 4 Orduak, donde mañana correrán dos pruebas

BENITO URRABURU

Viernes, 20 de marzo 2015, 07:26

Leire Olaberria se ha hecho un hueco, importante, en la pista a nivel mundial. Ha corrido cuatro de las seis pruebas que componen la serie Revolution, que se disputa en Inglaterra, en velódromos que acogen seis mil o siete mil personas, un espectáculo que aquí, en el mundo de la pista de este país, es como hablar de algo irreal.

Mañana, la corredora guipuzcoana más laureada de todo los tiempos estará en el velódromo Antonio Elorza para participar en la primera edición de las Anoeta 4 Orduak.

«Correr en Inglaterra las pruebas Revolution es un placer. Te pagan por ir y te encuentras unos ambientes increíbles en todos los velódromos», explica la corredora de Ikaztegieta, que suma dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín y en unos Campeonatos del Mundo, además de otras conseguidas en sus participaciones en la Copa del Mundo.

Le hace una ilusión especial correr en casa, en una reunión de nivel internacional: «Llegué a correr las Seis Horas de Euskadi, en 2007, la última edición que se celebró, y guardo un buen recuerdo de aquella experiencia. Creo que corrimos una prueba de eliminación y otra de puntuación», explica.

Ahora va a meterse en dos carreras, novedosas, muy vistosas, en el intenso programa preparado por los organizadores, el club Kirolean: «Van a ser pruebas muy bonitas. Tanto la persecución australiana como el scracht del demonio son espectaculares», comenta Leire, que tendrá como rivales a Mar Bonni, Ane Iriarte, Maddi Amondarain, Nahia Domínguez, Ainara Elbusto y Gloria Rodríguez.

Una clasificación tensa

Ha prolongado su estado de forma hasta las Anoeta 4 Orduak: «Sigo teniendo buenas piernas, pero necesito descansar. No han sido sólo los mundiales, sino toda la preparación que hice para llegar a ellos en las mejores condiciones posibles. Han sido muchos días fuera de casa, muchas horas de carretera, de velódromo, de corregir fallos y quiero desconectar totalmente».

Se irá de vacaciones al Caribe, antes de comenzar a correr en carretera «sobre el mes de junio, para preparar la temporada de pista, en la que tengo que clasificar las pruebas para la Copa del Mundo, primero, y luego allí y en los Campeonatos de Europa o del Mundo, tendré que hacer lo mismo para los Juegos Olímpicos de Río».

El Campeonato de Europa se celebrará en el mes de octubre y las Copas del Mundo, tres en principio, a partir de noviembre. Le quedan hasta Río cinco competiciones: un mundial, un Campeonato del Mundo y tres Copas del Mundo.

El séptimo puesto que consiguió en el mundial de Omnium, en París, le dejó contenta: «Yo estoy satisfecha con el mundial que hice. Ha sido el mundial más duro que he corrido nunca. Con el nuevo formato, la última puntuación adquiere mucha fuerza y puede hacer variar la general, lo que supone un gran esfuerzo hasta el último momento. Trabajé para lograr un puesto mejor del que conseguí finalmente, pero había corredoras con un nivel impresionante».

«Me equivoqué»

La pista es siempre un sin vivir, un comenzar de nuevo en cada competición para clasificar las pruebas para los siguientes objetivos. Al fondo, en 2016, aparece Río de Janeiro.

«Tengo que ganarme la plaza. Empecé mal la temporada, pero he recortado parte de lo que perdí. Tengo que estar entre las ocho primeras mujeres europeas. Se me puso fea esa clasificación a principios de año. Soy consciente de que si se me tuerce algo se me pondría muy complicada esa participación. ¿Presión? Siempre tienes presión. Muchas veces es difícil gestionar las pruebas».

Si llega a Río lo hará con 39 años, una edad que no asusta a Leire: «Antes, sicológicamente me desgastaba mucho. Ahora gestiono mejor las situaciones en las que me encuentro. Físicamente estoy bien. Al mundial llegué al cien por cien. He estado en las marcas en las que estaba hace unos años».

Dice con absoluta normalidad que se equivocó. «¡Son tantas cosas de las que tienes que estar pendiente, que al final algo siempre te falla. Me equivoqué con los desarrollos. Probé en el velódromo cuando no estaba dado el aire y luego nos encontramos con dos chorros de aire que salían del techo que daban directamente a la pista y te frenaban. Dejando a un lado a las tres primeras, hablamos de cuestión de décimas».

Finalizó en París séptima entre veinte participantes, «después de pasar las clasificaciones en las que se quedaron fuera otras veinte por lo menos. Dentro de cada competición hay otras carreras. Es un mundo complicado que a mí me gusta».

De las pruebas que va a correr en el velódromo mañana sábado nos dice que «la persecución australiana se corre a ocho vueltas. Cada corredora se sitúa en una parte de la pista, todas separadas, y ahí entran en juego muchas cosas, habilidades, estado físico, para ir eliminando rivales y que no te eliminen a ti».

La otra prueba que se celebrará, «el scracht del diablo es una eliminación cada vuelta. Si hay diez rivales, se van eliminado hasta que quedan cinco, y luego quedarán cinco corredoras que disputarán un scracht. El número de vueltas lo marcarán los jueces».

Dos carreras que pueden resultar atractivas, emocionantes, tensas. Los organizadores no se han olvidado de las mujeres en las Anoeta 4 Orduak. Ellas también contribuirán al espectáculo que se presume se dará en la pista de Anoeta.

Cuando le preguntas por su futuro después de Río, dice que, «de momento sólo pienso en eso, luego ya veremos que es lo que hago. No quiero pensar para nada más allá de esa cita olímpica».

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