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Los casi cuarenta años de historia de Artaleku están llenos de tardes y noches memorables. Como con algunas se tocó el cielo, es delicado ... entrar en comparaciones, pero sí que la velada de ayer merece entrar en la lista de días más que especiales en la historia del Club Deportivo Bidasoa Irun. Solo por las dos intensas horas vividas ayer ha merecido traer la fase final de la Copa del Rey a Irun. Pero todavía puede haber más y los irundarras, aunque machacados por el esfuerzo, se medirán hoy a las 19.30 horas al Ademar por un puesto en la final.
Fue, con diferencia, el partido más tenso del día. No en el mal sentido, sino que tenía todos los ingredientes que los otros encuentros no habían conseguido juntar, en algunos casos ni por asomo. Sí hubo igualdad en el primero, aunque desangelado, y fue llegando más público al segundo y tercero, pero se resolvieron rápidamente. En este caso se enfrentaban los dos equipos que más cerca habían quedado en la clasificación liguera y la grada estaba llena, dispuesta a disfrutar de un gran espectáculo.
Irudek Bidasoa-Irun
Maciel (23 paradas, 2 pen.), Cavero (4), Jevtic (1), Rodrigo Salinas (2), Da Silva, García (1), Asier Nieto (4) -siete inicial-, Skrzyniarz, Zabala, Gey-Emparan, Furundarena, Esteban Salinas (4), Mujika (2), Boskos (4), Asier Iribar y Gorka Nieto (9, 5 pen.).
31
-
28
Bathco Torrelavega
Tercariol (8 paradas, 1 pen.), Rubiño, Muñoz (6, 5 pen.), Prokop (6), Martínez (8), Aja (1), Oswaldo,-siete inicial-, Calle (1 parada), Silva (1), Linhares (1), Juanjo Fernández (1), Lombilla, Cangiani, Jurkovic, Ángel Fernández (2) y Colunga (2).
Cada cinco minutos: 0-2, 1-5, 5-8, 7-8, 7-9, 9-10 (descanso); 13-12, 15-13, 19-16, 19-19, 22-19, 24-24 (final). 26-26 (descanso prórroga); 31-28.
Árbitros Andreu Marín e Ignacio Serradilla, que excluyeron a los locales Da Silva, Boskos (dos veces) y Furundarena, y a los visitantes Juanjo Fernández, tres veces, roja en el 54'42''). Roja a Esteban Salinas en el 70'.
Esa tensión se tradujo en problemas para entrar en el partido. O, por lo menos, para inaugurar el marcador. Dos ataques falló cada equipo, incluyendo un penalti el cántabro, antes de que Colunga hiciera el 0-1 en el minuto tres. El Torrelavega resolvió esa adversidad y siguió marcando, el segundo, el tercero, también el cuarto, mientras que el Bidasoa no conseguía ni siquiera su primero, entre otras cosas por tres paradas de Tercariol.
Así, al ver el 0-4 en el marcador, Alex Mozas pidió tiempo muerto antes de cumplirse el minuto 9. Y a la vuelta del mismo llegó el primer gol amarillo, con penetración de Theodoros Boskos a pesar de estar con uno menos.
El conjunto local había conseguido cerrar la primera vía de agua, aunque tenía que seguir pendiente de ella. Igual que se acercó a dos goles (3-5, 4-6 y 6-8), volvió a estar cuatro abajo (4-8), una situación que a nadie gusta por mucho que se vea reversible. El nivel defensivo, que había sido bueno desde el inicio, fue el sustento del Irudek Bidasoa Irun para mantenerse en el partido y, con un parcial de 3-0 (Jevtic y Boskos, ambos con asistencias de Rodrigo, y Mujika), acercarse a uno, 7-8. Y tener balón de empate, con parada de Tercariol (quinta), a Gorka Nieto.
La segunda de Maciel llegó en el minuto 17 y desde ahí hasta el descanso coleccionó siete más, pero ese impulso no fue aprovechado por sus compañeros, que después del 7-8 se pasaron nueve minutos sin marcar gol. Estos nueve y otros tantos del inicio del partido, son 18 minutos de una parte sin anotar. Por suerte o, mejor dicho, por la defensa y portería, también era baja la producción cántabra, sólo dos goles en el segundo cuarto de hora.
La segunda oportunidad para empatar fue tan clara como atacar contra cuatro y portero, por dos exclusiones simultáneas, pero los irundarras perdieron el balón y al descanso se llegó con 9-10, guarismos de otra época, de los que no renegamos, más bien al contrario los preferimos a los partidos de más de 60 goles que tanto se ven hoy en día.
El saque de centro tras el descanso correspondió al Irudek Bidasoa Irun y en veinte segundos llegó, por fin, la igualdad en el marcador. 10-10, al que siguieron otros empates en los cartones 11 y 12. Y estaba por venir lo mejor. En siete minutos, incluyendo un penalti parado por Maciel, el marcador cambió de 11-12 a 17-13. Y no solo el marcador, también el ambiente, con los aficionados metidos en el partido.
Aquellos cuatro goles de renta que había tenido el Torrelavega en el primer tiempo eran ahora para el Bidasoa y esa circunstancia alarmó a Jacobo Cuétara, que pidió dos tiempos muertos separados solo por tres minutos. El Torrelavega esquivó el golpe y lo devolvió, parcial de 2-6 para empatar a 19 y volver a empezar en los diez minutos finales.
Seguía Maciel tirando del carro, con diez paradas en el segundo tiempo. Estaba con 19 y un apabullante 50% en el 22-19, pero no era suficiente. Ni siquiera lo fue entrar en los tres últimos minutos con tres goles de renta, 24-21, porque el equipo cántabro consiguió empatar y forzar la prórroga.
Poco o nada se resolvió en la primera parte del tiempo extra, que acabó con 26-26 y tres paradas más del portero bidasotarra. Y cuando sí que se definió el ganador, el Irudek Bidasoa Irun, fue en la segunda parte de la prórroga. Dos goles de Asier Nieto y otros dos de Iñaki Cavero pusieron el 30-27 en el marcador a falta de poco más de un minuto y el propio Cavero puso la rúbrica a treinta segundos del final, destando la euforia en Artaleku.
La historia de Artaleku están llena de tardes y noches memorables. ¿Tendremos una más hoy?
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