Fallece Herbert Jeglič, el árbitro esloveno de infausto recuerdo para el Bidasoa Irun
Fue uno de los artífices del robo de Augsburgo en la vuelta de la final de la Recopa de 1991
El balonmano internacional está de luto después de que Herbert Jeglic haya fallecido a los 81 años. El esloveno, pionero en el arbitraje de su ... país, fue esencial en la modernización y reconocido internacionalmente por sus labores como árbitro, pero también entrenador y mentor. Sin embargo, a orillas del Bidasoa, todavía hay cierto recelo a la hora de escuchar su apellido.
Y es que Jeglic fue protagonista directo de una de las noches más injustas de la historia del Bidasoa Irun. Hay que remontarse a 1991 para encontrar el origen de la relación entre el conjunto guipuzcoano y el árbitro esloveno. Final de la Recopa. Tras haber ganado 20-15 en Artaleku, el Bidasoa llegaba a Alemania con cierto colchón, pese a que allí esperaba el Milbertshofen y su infierno alemán.
Jeglic y Jug, ambos árbitros yugoslavos que dearrollaron gran parte de su carrera haciendo pareja en las pistas, fueron poniendo cuesta arriba el partido con decisiones parciales que siempre caían del lado alemán. Eso y una superioridad de los locales propició que el Bidasoa llegara siete abajo (tenía una renta de cinco goles). Jesús Romero fue objeto de claro penalti, insuficiente para la dupla yugoslava. El partido acabó 23-17. Un gol más necesitaron los pupilos de Juantxo Villarreal para empatar la final.
Una figura importante
Más allá de lo sucedido con el Bidasoa, Herbert Jeglič será recordado por su aporte al balonmano internacional. Fue el primer árbitro esloveno en oficiar una final de los Juegos Olímpicos en 1988, en Seúl. Cuatro años después, repitió escenario en Barcelona, un año después de lo sucedido en Augsburgo. Además, de once campeonatos mundiales también en su haber como árbitro.
Después de retirarse del silbato, Jeglic siguió ligado al balonmano para compartir sus conocimientos como delegado en importantes competiciones internacionales, antes de ser miembro de la Federación Internacional y presidente de la Comisión de Árbitros de Eslovenia.
Sus últimos años de carrera los desarrolló como mentor de árbitros en Eslovenia, a quienes moldeó e instruyó desde la voz de la experiencia. Se distinguió por su excepcional conocimiento del juego, su sentido de la justicia y su inquebrantable dedicación al desarrollo del balonmano. Numerosos árbitros que han oficiado en los más grandes escenarios se formaron con Jeglic. Villano en Irun, profeta en toda Europa.
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