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Pocas derrotas tan honrosas como ésta
El Irudek Bidasoa Irun se vació y sólo cedió ante el Ademar en su segunda prórroga del fin de semana
El Irudek Bidasoa Irun no jugará hoy la final de la Copa del Rey que se está celebrando en Artaleku pero puede estar más que ... orgulloso de su actuación en la fase final. Había llegado con la gasolina justa al evento, el viernes tuvo prórroga y menos tiempo de descanso para ayer que el Ademar y hubo que ir de nuevo a la prórroga para decidir un partido tremendamente igualado, que acabó con empate a 30 y 34-35 tras el tiempo extra. Los leoneses jugarán la final contra el Barça a las 18:00 y con ello consiguen el billete para competición europea.
Tras la exhibición que la víspera había ofrecido Leo Maciel en la portería, con 23 paradas, 19 de ellas en el tiempo reglamentario, la semifinal empezó también con los guardametas entonados. Pérez hizo una doble parada y seguido una tercera y el propio Maciel detuvo el primer y tercer balón que le llegaron. No obstante, el ademarista se quedó estancado en tres paradas y en el minuto 17 cogió su plaza Barkhordari.
Aunque el Ademar marcó el 0-1, poco tardó el Irudek Bidasoa Irun en ponerse por delante en el marcador. E incluso así se mantuvo con un 2-2 en la primera inferioridad numérica que sufrió. Pero seguidamente en dos ataques seguidos perdió el balón y dio dos opciones al Ademar para ponerse de nuevo por delante, 5-6. Fue uno de los muchos cambios de marcador que se dieron en el partido.
Mediado el primer tiempo el equipo local solventó la que era ya su tercera exclusión con un buen 0-0. Como en las anteriores superioridades, el Ademar puso a un hombre avanzado molestando la creación del juego de su rival pero éste, y a pesar de que estaba jugando con los teóricos suplentes salvo Esteban Salinas, respondió positivamente.
Ventajas de tres goles
Y no solo eso, sino que poco después por primera vez se produjo una diferencia mayor a un gol. Iñaki Cavero marcó dos penalties seguidos y puso el 13-11 en el marcador, rompiendo la tendencia que se había dado desde el 7-6 con uno arriba y empate de manera sucesiva hasta el 12-11. Y creció la ventaja a tres goles con el de Julen Mujika en el único contraataque exitoso del primer tiempo, 14-11.
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Los irundarras se quedaron con dos menos por las exclusiones muy seguidas de Jevtic y Da Silva. Aunque les iba a tocar jugar 1'35'' en doble inferioridad, al poco vio el mismo castigo el exbidasotarra Adrián Fernández y la cosa no fue a mayores. Hubo seis exclusiones para los irundarras y dos para los leoneses hasta el descanso, demasiadas y notable diferencia. La cuenta se fue a 9-4 al final del partido.
Entre tanto ajetreo, los de Mozas no perdieron el control del partido y consiguieron mantener esa diferencia de tres goles cuando se cumplieron los primeros treinta minutos, 17-14.
Parcial de 3-7 para León
El Ademar no solo aprovechó que en la reanudación le tocaba sacar y atacaba contra uno menos para marcar el 17-15, sino que en los primeros ocho minutos de la misma estableció un parcial de 3-6 con el que empató a veinte. Pidió tiempo muerto Mozas pero encajó un gol más el Irudek Bidasoa Irun y el marcador mostró un 20-21, primera ventaja visitante desde el lejano 5-6.
Más allá de lo que mostrara el luminoso, era un momento crítico para el equipo local, al que le empezaban a pesar las piernas. Por ello bajó una marcha y disminuyó la velocidad de sus ataques. Cada posesión era un pequeña vía crucis. Pero se recuperó de esa pequeña crisis, cambiando el 21-22 por el 24-22.
Con 24-24 y uno menos por la roja directa a Jevtic, Barkhordari detuvo una contra a Tao Gey-Emparan y lo que podía haber sido el 25-24 fue un 24-25.
En la cuerda floja
Esas dos acciones reflejan lo que era el partido en ese momento, en torno al minuto 50: un intercambio de golpes en el que cada uno esperaba el fallo del otro para sacar beneficio. Y en ese escenario, con todo el cansancio acumulado, el Bidasoa tenía las de perder.
Sin embargo, los bidasotarras ahuyentaron a la lógica y, una vez más, dieron la vuelta al marcador, para entrar en los dos últimos minutos por delante, 29-28. Y 30-29 a 25 segundos del final, pero el Ademar empató cuando quedaban doce y forzó la prórroga.
Empezó mal el tiempo extra, con gol rival y balón perdido. Aún y todo, Rodrigo Salinas puso el 32-31. Y ésta sí que fue la última ventaja local. El Ademar había llegado más fresco al final del partido y, no sin apuros, consiguió desnivelar la balanza de su lado, ganando 34-35. La decepción de la familia bidasotarra se mezcló con el orgullo de morir con las botas puestas.
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