Las capitanas del Bera Bera sueñan con su título final
Alba Menéndez y Esther Arrojeria se retiran tras 16 y 13 temporadas defendiendo la elástica azul con el cariño de la afición y un último deseo; conseguir el triplete
El Super Amara Bera Bera perderá a sus dos capitanas una vez termine esta temporada. Alba Menéndez y Esther Arrojeria han decidido poner fin a ... sus carreras deportivas. 'One club women', que después de cumplir 16 y 13 temporadas en la elite respectivamente dejarán de jugar a balonmano. Son y serán parte de la historia del club donostiarra, han participado en su época más exitosa. Las encargadas de levantar los últimos trofeos cederán el testigo para seguir animando al equipo desde la grada.
Antes de terminar el curso, en el que han cumplido el sueño de volver a brillar en Europa, han alzado la Copa y la Supercopa, y tienen entre ceja y ceja la liga que completaría el triplete, Arrojeria y Menéndez visitan El Diario Vasco para repasar los momentos más relevantes de sus carreras y explicarnos cómo están viviendo el final de una etapa, la que hasta ahora ha sido la más importante de sus vidas.
Mañana pueden jugar el que podría ser el último partido para ellas en el Josean Gasca. El enfrentamiento ante el Costa del Sol Málaga es el primero de las semifinales en el playoff por el título, por lo que si no superan la eliminatoria será el punto y final a temporada. El club donostiarra utilizará ese día para despedir a las capitanas que han decidido dejar el balonmano.
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Ambas rezan para que no sea así, ya que la suma de diferentes factores podría pintar un escenario de ensueño, terminar levantando el título en casa. «Es una carambola, pero la posibilidad existe y estamos rezando muchísimo para que pase. Tenemos que ganar al Málaga y que en la otra semi pase Guardés. En ese caso, si ganamos en A Guarda nos jugaríamos aquí la liga. Sería precioso, lo ideal. Sabemos que no depende de nosotras, vamos a centrarnos en nuestra parte y luego ya que pase lo que tenga que pasar en la otra parte del cuadro, pero sería maravilloso poder terminar así», confiesa Arrojeria.
Un broche perfecto a una temporada brillante. Menéndez avisa, «vamos a por todas, a por el triplete, sería la forma más bonita de terminar». Arrancó el curso con el objetivo de volver a jugar la fase de grupos, no solo lo consiguieron, se quedaron a un paso de la final four.
«Pasar a la fase de grupos fue un gran 'check' en mis objetivos, también una parte importante de tomar la decisión de retirarme este año», reconoce Esther. «Era un objetivo muy importante y no tengo dudas de que esto ha sido el abrir las puertas para que el equipo esté todos los años en esa fase de grupos, que yo creo que es algo muy posible», apunta Alba.
Ambas, por un motivo u otro, han tenido claro que era el momento de retirarse, aunque entre broma y broma la zarauztarra confiesa que el hecho de que la Copa se juegue en Donostia la próxima primavera le generó dudas. «La disfrutaremos desde la grada. Si jugarla estuvo guay seguro que verla desde fuera, disfrutarla de otra manera, también va a estar súper bien. Me hace mucha ilusión, de hecho, tengo ganas de vivirlo desde el otro lado». Y es que el recuerdo de lo vivido en la Copa de Illunbe está muy vivo y las dos incluyen ese trofeo entre los momentos más importantes de su carrera.
Arrojeria no olvida tampoco la primera. «Es verdad que quizás te quedas con la segunda por el título, con muchísima gente viendo la final, pero sí que creo que la primera Copa aquí fue un poco la que marcó el camino. Nosotras no estábamos en la final, pero la gente se acercó igualmente a ver balonmano femenino. Si la primera Copa de la Reina en Donostia fue la mejor, la segunda fue aún mejor y no tengo dudas que la tercera va a ser aún mejor».
Del barrio al Gasca
Recuerdan con cariño sus primeros años, los partidos en Bidebieta y como el Covid obligó al equipo a trasladarse al Gasca. Ellas vivieron esas reticencias y celebran que igual que en su momento el polideportivo del barrio se quedó pequeño, este año han colgado varias veces el cartel de no hay entradas en Amara.
En el momento que se hizo oficial su retirada las redes sociales se llenaron de mensajes de reconocimiento a su carrera deportiva. Saben que sus compañeras de vestuario les echarán en falta, especialmente una lo hará de forma especial, Maitane Etxeberria, la futura capitana. La de Lezo aún no les ha pedido consejo, «pero sí es verdad que nos ha repetido mil veces que no lo dejemos», confiesan entre risas. «Tampoco sabemos lo que va a pasar el año que viene, no estará sola tampoco pero no sabemos a quién van a elegir. A Maitane le da pena que nos vayamos por todos los años que llevamos jugando juntas, pero nos vamos sabiendo que dejamos el club en muy buenas manos», apunta la de Usurbil.
Si el anuncio de su despedida estuvo marcada por las lágrimas de Tati Garmendia, el agur en la pista promete ser igual de emotiva. Menéndez compartió vestuario con ella. «Ahora nos reímos mucho, porque yo era una niña y Tati era la veterana del equipo y sí que había mucha diferencia de edad y muchas anécdotas graciosas que pasaban por esa diferencia. Ahora nos entiende, porque ella ha vivido esta parte del deporte, pero sabe cuál es su lugar, normalmente no se acerca mucho a nosotras a echarnos flores pero cuando la necesitamos realmente también sabemos que ella va a estar ahí».
Sus fines de semana serán muy diferentes a partir de ahora. Esther espera trabajar, «soy enfermera, eso será una buena señal». Alba quiere volver a esquiar, «lo he echado mucho de menos».
El auge del deporte femenino
Ambas son y serán historia del Bera Bera, cada una con sus vivencias y recuerdos han compartido infinidad de momentos juntas. Han vivido la evolución del deporte femenino en la última década «sin ser muy conscientes de lo que estaba pasando en el momento. Pero cuando empecé no había deportes femeninos con este foco y ahora sí que nos retiramos con esa visibilidad».
Se han convertido en referentes, en ejemplo a seguir para muchas niñas y niños, «a mí me hace ilusión que se me acerquen después de los partidos. ¿Cómo no vamos a ser gente cercana o ser cariñosas con ellos?», se pregunta Arrojeria. «Nos vamos dejando mujeres referentes, nosotras no las tuvimos y me da mucha rabia», celebra Menéndez. El cariño de la afición en este punto y final está garantizado. Se lo merecen.
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