¡Campeonas! El Bera Bera vuelve al Olimpo

Decían los griegos que solo podían ascender al Olimpo aquellos de los que se enamoran los dioses. Y no es de extrañar que Zeus y sus amigos se enamoren de este Super Amara Bera Bera. Es un amor firme. Porque gracias al triunfo de este sábado 30-20 frente al Elche en el Gasca son nuevamente campeonas de una Liga Guerreras Iberdrola que se han adjudicado ya siete veces a lo largo de su historia. Pero es que además esas siete han tenido lugar en las últimas nueve temporadas. Arrolladoras. Si hablamos de mitología, es titánico, gigantesco.

Castro Urdiales 2013, Bidebieta 2014, Telde 2015, Bidebieta 2016, Barakaldo 2018, por videoconferencia en el complicado 2020 y Gasca 2021 han sido los escenarios del éxito. Siete. Todos ellos especiales y para el recuerdo, sin duda. Eso sí, con el de este año todos los calificativos se quedan cortos. No hay palabras.

En verano hubo preocupación. Las salidas al Rincón Fertilidad Málaga de la guardameta Merche Castellanos y la central Silvia Arderius cayeron como un jarro de agua fría en Bidebieta. Dos internacionales curtidas de experiencia a las que había que encontrar un recambio de garantías.

Pero entonces llegaron Alice Fernandes, Laura Hernández y Malena Cavo, tres jugadoras que en menos de un año en Donostia han demostrado que tienen potencial suficiente para jugar en el mejor equipo de este país. Así lo reflejan las estadísticas. No fue un comienzo de campaña fácil. En septiembre fueron apeadas de la Copa de la Reina en Alhaurín de la Torre precisamente frente al Elche, su rival de este sábado, y en octubre perdieron la final de la Supercopa.

A eso fueron sumándose las lesiones. Porque han sido muchas y todas de larga duración. Lo que quiere decir que en ningún partido de lo que va de curso hemos podido ver a la plantilla al completo ni saber dónde está su verdadero techo. Quién sabe si en Europa el camino hubiera sido diferente con las diecisiete estrellas que han vuelto a brillar.

Pero este grupo de personas sabe que más allá del sufrimiento nace la luz. En ese sentido, Imanol Álvarez, el mejor entrenador posible para este Super Amara, supo darle la vuelta a la situación y adecuó el equipo a las circunstancias de aquel momento. Por eso, de ahí en adelante, aunque no haya sido un camino de rosas, el Bera Bera ha realizado una temporada para enmarcar, casi perfecta. Y decimos casi porque ha ganado 18 de los veinte partidos que ha jugado en esta liga. Los otros dos los ha empatado. En el ínterin queda la eliminación europea habiéndole plantado cara al poderoso Zvezda ruso, equipo que superó la fase de grupos y fue eliminado en cuartos.

Para encontrar la última derrota liguera de las guipuzcoanas hay que remontarse a mayo de 2019 en Alcobendas. Han pasado casi dos años desde entonces. Y nadie ha podido con este equipo. Ni siquiera otros favoritos como Málaga -campeón de la EHF Cup en Zagreb- o el Rocasa, que volvió a caer frente a Guardés.

Este sábado, el Elche fue una víctima más. Visto el resultado puede parecer que la empresa se resolvió sin apuros, pero no es así. Porque al principio costó más de la cuenta. La ansiedad y los nervios provocaron numerosos errores, sobre todo al lanzamiento por mérito principalmente de Encinas. La portera ilicitana llevaba cuatro paradas en seis intentos y fue la encargada de mantener con vida a las suyas en los primeros diez minutos, el tiempo que necesitó Bera Bera para empezar a poner tierra de por medio.

Del 3-3 se pasó al 5-3 con un tanto de Pizzo desde los siete metros y un roscón marca de la casa de Adriana Cardoso, autora de ocho dianas en total. Nunca más el Elche volvió a intimidar. De hecho, el 17-8 con el que se llegó al descanso ya dejaba el encuentro visto para sentencia.

Una de las anécdotas de la jornada nos la dejó el técnico Imanol Álvarez. El ermuarra, que estaba esperando conseguir un título para cortarse el pelo, vio su sueño cumplido en el vestuario. Fue acorralado por varias jugadoras y maquinilla en mano se pusieron manos a la obra. Su imagen ya era otra.

Sansón no ha perdido su fuerza. Todo lo contrario. En ese corte de pelo se reflejaban la alegría, el esfuerzo y la ilusión de un equipo que se acordó en cada minuto de su afición y le hizo, pese a la distancia necesaria, el mejor regalo que podía ofrecerle. Un triunfo histórico que el club también quiere dedicar al personal sanitario. ¡Gracias, campeonas!