Este titular es el lema que llevó uno de los atletas más peculiares de la Behobia. Uno de los muchos que nunca fallan. Burgalés. Es ... Carmelo de la Fuente, frecuente verle correr disfrazado y este domingo (terminó en 1h38) eligió una camiseta color pistacho con el dibujo de una urna y ese 'Yo voto a la B/SS'. En un domingo electoral con tanta decepción de siglas en los últimos tiempos, es perfecta imagen para explicar la sensación general de miles de atletas que ayer, más que nunca, fueron los verdaderos protagonistas.
En la edición del centenario la meteorología invernal quiso colarse en la fiesta. Una de las behobias más complicadas en organización y sin embargo los corredores esbozaban la sonrisa de siempre. Ninguna queja. Quizás pensaron que su reto se convertía en más épico por esa lluvia, viento y granizo que sufrieron. Fueron 27.000 valientes que se lanzaron al asfalto y tenían mil razones para quedarse en la cama. Desde esta columna ovación grande para ellos y para los cientos de voluntarios que hacen posible la carrera, ayer con un grado de complicación en su labor multiplicado por diez.
La Behobia puede con todo. También con una jornada electoral. O con unos vientos huracanados. Los halagos de los corredores son unánimes. Ellos han sido los artífices para que en las últimas décadas se convierta en la reina de las populares. Los organizadores repiten que no desean la carrera más grande por participación, quieren la mejor carrera en conceptos que no sean los puramente deportivos. Y lo están logrando.
Dos apuntes más. El final de la carrera masculina ha sido uno de los más emocionantes de toda la historia de la B/SS. Marruecos entra en el palmarés y por primera vez un vencedor corre con la camiseta oficial de la prueba. Ni técnica ni tonterías. Y no recuerdo que un ganador diga que entrena por su cuenta, sin técnico.
Además, apuntar el acierto de la decisión de adelantar cinco minutos la salida del grupo de elite de mujeres. Hasta el kilómetro 9 aproximadamente ellas son cabeza de carrera, crece su protagonismo y los espectadores visualizan su esfuerzo. Otro paso en el 50/50/25.
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