Terence Stamp, el magnetismo de una leyenda que se enfadó en San Sebastián y casi entrega un premio
El actor británico, recordado por sus intervenciones en 'Superman' o 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto', falleció este domingo a los 87 años, según informó su familia
De mirada intensa y presencia hipnótica, Terence Stamp fue mucho más que un actor, se hizo un rostro que marcó a fuego medio siglo de cine europeo y hollywoodiense. Su trayectoria, forjada desde los años sesenta, transitó con naturalidad entre la elegancia, la amenaza y la vulnerabilidad, convirtiéndose en una presencia inolvidable para varias generaciones de cinéfilos. La noticia de su fallecimiento a los 87 años deja huérfano a un cine que, en muchos de sus momentos más memorables, tuvo algo de su sombra o de su voz.
Además de las múltiples muestras de admiración llegadas desde la propia industria, el Festival de San Sebastián también ha querido rendirle homenaje recordando su única visita al certamen. Fue en 1994, con 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto', a cuya presentación Stamp acudió acompañado del director del filme, Stephan Elliott. La película, convertida ahora en obra de culto, se presentó en la Sección Oficial como Proyección Especial, fuera de concurso. Aquel detalle no fue menor para el actor, que llegó a la ciudad «muy enfadado al descubrir que no competía», según reveló tiempo después el entonces director del Festival, Diego Galán.
Fue la realizadora Pilar Miró, con quien Stamp había trabajado en 'Beltenebros' (1991), quien ayudó a calmar los ánimos de un enfurecido británico que supo aquello cuando ya estaba instalado en el hotel María Cristina. El actor fue propuesto para entregar uno de los premios en la gala de clausura, pero su marcha de la ciudad lo impidió. Como también pasó con Kieslowski, Mickey Rooney, Oliver Stone, John Sayles, Ang Lee, Tarantino o el mismísimo Bertolucci.
Terence Stamp, referente LGTBIQ+
A pesar del malentendido, su breve paso por San Sebastián no pasó desapercibido. La prensa de la época destacó su nombre como «uno de los grandes acontecimientos» de aquella 42ª edición que acabaría premiando con la Concha de Oro a 'Días contados' de Imanol Uribe. La película que le convirtió con el tiempo en un referente LGTBIQ+, por su parte, fue recibida «con entusiasmo» por el público y ha acabado dejando una huella indeleble en la historia del cine queer. Su retrato, honesto y sin caricaturas, de una comunidad marginada, supuso un punto de inflexión en la representación del colectivo en el cine hollywoodiense. Su papel como Bernadette, una drag queen trans, consolidó a Stamp como un icono inesperado y profundamente respetado dentro de ese universo.
Nacido en Londres en 1938, el actor debutó en la gran pantalla con 'Billy Budd' (1962), papel que le valió una nominación al Oscar y lo catapultó al estrellato. En los años siguientes trabajó con figuras como Laurence Olivier, Federico Fellini o Ken Loach, y llegó a ser considerado para interpretar a James Bond, aunque sus propuestas para el personaje fueron «demasiado arriesgadas», según los productores. En los años 70 vivió una etapa más discreta, que combinó con un retiro personal en la India, antes de regresar con fuerza en títulos como 'Superman' (1978), 'En compañía de lobos' (1984), 'Wall Street' (1987) o 'Striptease' (1996) junto a Demi Moore o Burt Reynolds, entre otros..
Terence Stamp deja tras de sí una obra diversa, marcada por su magnetismo interpretativo y una valentía artística poco común. Su familia, en el comunicado en el que confirmó la noticia del fallecimiento, destacó que su legado seguirá conmoviendo e inspirando a la gente durante años. Y así será: su mirada intensa y su voz grave seguirán resonando en las pantallas que aún saben mirar al pasado con admiración.