Maribel Verdú: «Tenía 15 años la primera vez que vine al Festival»

– ¿Por qué firma junto con una flor?

– No lo sé, toda la vida lo he hecho así. Las flores me dan la vida, me gustan muchísimo. Llevo una tatuada y siempre, de toda la vida, he firmado así.

– Elija: foto o autógrafo.

– Pues echo de menos los autógrafos (risas).

– ¿De verdad que hubiese sido florista de no haber sido actriz?

– Me hubiese encantado tener una floristería-biblioteca y, a la vez, café. En mi cabeza, desde luego, funciona, ¿no? Cogerte tu librito, tu café y luego te vas a casa con un ramo.

–Una película imprescindible para usted.

–'El padrino', sin duda.

– Otra, fundamental, pero suya.

– ¿Una mía? (piensa). Diría 'Siete mesas de billar francés'.

– El mejor regalo que le hayan hecho jamás.

– Uf, quererme incondicionalmente.

– Algo, confesable, que haga cuando nadie le ve.

– No lo confesaría (risas).

– Última serie a la que se ha enganchado de verdad.

– Pues últimamente me ha dado más por las películas. Estoy descansando de series y, sobre todo, estoy enganchadísima al cine clásico.

– ¿Alguna recomendación?

– 'Doctor Zhivago', siempre.

– Lo mejor y lo peor de la fama.

– Me he llevado siempre bien con ella, porque tampoco es que seamos cantantes o futbolistas. No sé, siempre me ha dado cosas buenas.

– Una actriz, ¿nace o se hace?

– Se puede hacer, absolutamente.

– Sus guías o referentes en la profesión.

– Los directores. Son los que más me han enseñado. Por ejemplo, los dos últimos con los que he trabajado, Enrique Urbizu y Jorge García, creo que son los dos mejores directores de actores, junto con Gracia Querejeta.

– Un recuerdo muy especial ligado a este Festival.

– Cuando ganamos aquí con '27 horas', que yo tenía 15 años, y cuando me dieron el Premio Nacional de Cinematografía, en 2009.

– En tres palabras, San Sebastián es...

– Es mi casa.

– ¿Cómo ha crecido la ciudad desde esa primera vez que la visitó?

– Es increíble, es otra San Sebastián completamente diferente. Una ciudad más libre, más luminosa, más segura, más limpia... Pasear por Donostia, por sus calles, por sus playas, irte a la Parte Vieja de zuritos, de pintxos, es mágico. Cada vez que vengo no puedo evitar acordarme de esa primera vez... De verdad, es casa.

– ¿Lleva la cuenta de cuántos libros lee al mes?

– No sé decirte, al año sí, porque como la memoria te falla cada vez más, tengo un cuadernito donde apunto todo lo que voy leyendo. Y pongo un asterisco solo en los que me han gustado. Si no, es que no lo recomiendo. Entonces, hay años en los que suele haber entre cincuenta y sesenta lecturas.

– Tras casi 40 años de profesión, ¿está curada de espanto?

– No, me sigo sorprendiendo, afortunadamente. Y solo pido que esa capacidad de sorprenderme y entusiasmarme, a partes iguales, no la pierda nunca.

– O sea que ¿tenemos Maribel Verdú para rato?

– ¡Eso espero! (risas).