Una vida de espectáculo

Y es que la función empieza con pies de plomo. Todos parecen un poco despistados, las canciones a falta de algunos ensayos y la protagonista cogiendo aire. Este tipo de espectáculos que bordean lo musical, con aires de cabaret, necesitan un ritmo alto desde el minuto uno. Luces y color, ya saben. Alegría a raudales, diversión, su toque atrevido y una pronta conexión con el público tampoco vienen mal para que nada más arrancar nos metamos en el entretenimiento.

Con 'Una noche con ella', al menos con esta primera función en San Sebastián, eso costó bastante en llegar, pero sucede ya pasada una buena parte del espectáculo. Ocurre cuando las historias que cuenta Loles nos llevan a sus aventuras con 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', la película de Almodóvar con la que dio el gran salto. O cuando nos mete en los salones de Hollywood y lo hila con gracia con los recuerdos de su barrio de Barcelona. Genial el recurso de unir/imaginar el encuentro con su amiga prostituta en medio del glamour de la ciudad del cine. Así que, entre unas cosas y otras, el invento funciona y acaba por resultar entretenido.