El Victoria Eugenia acoge la memoria de un campo de refugiados
El teatro donostiarra ofrece hoy y mañana dos funciones de la obra 'Moria', a la que solo pueden acudir 52 personas cada día
La producción de la compañía Unahoramenos se representa hoy y mañana a las siete y media de la tarde en el teatro Victoria Eugenia. Tan solo pueden entrar 52 personas cada día debido a que las dos actrices y el público se sitúan sobre el escenario, recogidos bajo la simulación de una tienda de campaña de las que poblaban el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos.
Una pequeña instalación de objetos e imágenes conducirá a los espectadores hacia el escenario, donde se van a encontrar con las historia de dos mujeres, de dos refugiadas y sus familias. Una es Zohra Amiryar, que sobrevivió a cuatro bombardeos y atentados en su país, Afganistán, tras perder a su hermano en uno de ellos y ver como sus cuatro hijos acababan heridos. La otra es Douaa Alhavatem, una treintañera iraquí obligada a abandonar su Bagdad natal después de la desaparición de su marido, temiendo que ella y sus tres hijos pudieran correr la misma suerte.
Esta pieza de teatro documento, que interpretan Marta Viera y Ruth Sánchez, se ha creado a partir de testimonios reales filmados en el campamento de Moria, bajo la supervisión de Nicolás Castellano, reportero especializado en movimientos migratorios forzosos y derechos humanos. El campamento, con espacio para tres mil personas llegó a albergar a 25.000. Se mantuvo abierto entre 2013 y 2020, cuando fue destruido por un incendio.
El público asiste descalzo
Los espectadores habrán de descalzarse para subir al escenario porque, como explica el director de la obra, Mario Vega, «lo primero que se hace en un secuestro es descalzar al rehén porque genera indefensión. Esa sensación, a la hora de entrar al teatro genera un espacio de reflexión donde ya de buenas a primeras el espectador se sitúa en otro plano totalmente diferente a lo habitual».
La carpa tiene solo seis metros de diámetro. «Lo más lejos que se llega a estar de las actrices son dos metros y medio. Ver cómo ellas nos miran a los ojos, nos cuentan y nos narran, es una sensación de estar viviéndolo en primera persona».