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L. G.
Lunes, 3 de febrero 2025, 07:22
Este domingo, Lo de Évole emitió su «última charla con Pepe Mujica», una conversación grabada en julio pasado, cuando el expresidente de Uruguay aún recibía tratamiento contra el cáncer, antes de saber que la enfermedad se había extendido. Tras ello, Mujica anunció que no dará más entrevistas ni se someterá a nuevos tratamientos.
En esta conversación profunda con Jordi Évole, Pepe Mujica abordó temas como el ascenso de la ultraderecha en Europa, el consumismo y la falta de tiempo para disfrutar la vida. «Consumimos el tiempo para comprar cosas, en lugar de gastarlo para vivir», lamentó. «Se pierde la poesía de la vida, el tiempo para los amigos, para dar cariño. Ahora siempre hay que ser productivos».
También reflexionó sobre los desafíos de la humanidad, señalando que, por primera vez, «estamos cometiendo disparates sabiendo que los cometemos», en referencia al cambio climático y los fallos en los mecanismos democráticos.
Esta ha dolido: "Estamos construyendo una civilización de gente que se autoexplota".#LoDeMujica pic.twitter.com/v9cFDkC1lS
— Lo de Évole (@LoDeEvole) February 2, 2025
Durante la entrevista, recordó encuentros con figuras como Felipe González, Mariano Rajoy y el rey emérito Juan Carlos I, quien, según Mujica, tuvo un papel clave durante el intento de golpe en España, aunque añadió: «Después tiene defectos humanos que a los reyes no se les puede perdonar».
El expresidente uruguayo, quien pasó 13 años en prisión durante la dictadura, habló sin miedo sobre la muerte: «Cuando la muerte quiera venir, que venga». Pero su mensaje fue un canto a la vida: «Soy optimista, vale la pena comprometerse con la vida, porque hay semilla, vendrán otros detrás».
Esta ha dolido: "Estamos construyendo una civilización de gente que se autoexplota".#LoDeMujica pic.twitter.com/v9cFDkC1lS
— Lo de Évole (@LoDeEvole) February 2, 2025
Jordi Évole, visiblemente conmovido, se despidió de Mujica agradeciéndole su influencia en su vida y en su manera de ver el mundo. Entre brindis y palabras cargadas de emoción, Mujica dejó una última lección: vivir con sentido y sin miedo.
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